Contador de visitas

Arthur y George - Julian Barnes


Hacía ya unos días que no encontraba la inspiración para escribir. Gracias a Barnes y a su fantástico “Arthur y George” la he encontrado.

He leído mucho a este autor y lo he hecho en dos fases. Una hace bastantes años cuando lo conocí, lo mantuve en letargo y recientemente lo he sacado del baúl de los recuerdos para acercarme de nuevo a él. No se puede decir que técnicamente lo considere uno de mis autores favoritos, aunque si atendemos a la proporción de libros de su obra que he leído casi debería considerarlo así. Si no lo incluyo entre mi selección de autores predilectos es porque Barnes es tremendamente irregular.

Es capaz de lo mejor y de lo peor. Tiene novelas muy buenas y otras tremendamente malas, y lo que es peor, esta irregularidad es capaz de tenerla incluso dentro de una misma novela. Tiene novelas con partes abominables que de repente se ven sacudidas por un golpe de genialidad. Si no fuera porque lo bueno es muy bueno, hace tiempo que hubiese desistido porque a mí semejante carrusel me exaspera un poco. No me gusta jugármela cada vez que cojo un libro. Si el riesgo fuera entre leer un buen libro o un bodrio, ya os digo, pasaría. El problema es que no es “un buen libro”. Es que cuando es bueno, es MUY bueno, y algunas de las líneas más maravillosas y que más me han marcado en mi vida son de Julian Barnes. Sólo por eso le sigo dando una oportunidad tras otra. Es de los pocos autores a los que les permito que me den una cal y una de arena.

Julian Barnes es un autor bastante atípico. He escrito mucho sobre él últimamente y no me quiero repetir. Sólo decir que nació a mediados del siglo XX en Inglaterra y forma parte de una generación muy brillante de escritores de la que es uno de los grandes exponentes. Sus novelas no siguen un patrón preestablecido y se atreve con temas más que variados. Lo mismo se inventa un parque temático que recrea la Inglaterra más típica, que hace un repaso por diez capítulos de la historia (que destacan por lo raro de su selección), o hace una novela triangular en la que oímos las voces de tres personajes sobre un mismo acontecimiento.

Si me tuviera que quedar con dos cosas de Barnes, una, yo destacaría su capacidad para diseccionar las relaciones humanas. Me parece que es precisamente con los temas más humanos con los demuestra especial maestría puesto que siempre las aborda con sinceridad (a veces a bocajarro) y con una profundidad que no es nada habitual. Se implica, pero no tiene miedo de mostrar a las personas tal cual son, humanas, con sus virtudes y defectos. Nunca encontraremos personajes planos en Barnes, ni poco explorados. Por el contrario, sus personajes siempre están llenos de matices y de vueltas.

Y dos, me quedo con los puntos de vista tan atípicos que elige para sus novelas. Pocas veces elige argumentos trillados. Una novela de Barnes es siempre sorprendente por lo original de su propuesta. Unas veces es por lo que cuenta y otras por cómo lo hace, pero rara vez es una novela del montón. A veces los experimentos le salen bien y otras no, como ya he dicho, pero siempre se arriesga y es un escritor muy poco conformista. Por eso sus novelas son tan distintas la una de la otra, porque en cada una ha tratado de hacer una cosa diferente. Yo sinceramente no creo que sea por pedantería. Más bien me da que es porque si no se aburre. Barnes tiene pinta de ser una persona muy inquieta y si bien a todas les da un sustrato de buena prosa (porque si algo es innegable es que maneja el lenguaje como quiere y que a veces consigue hacer poesía en las novelas) tiene la necesidad de no estancarse en lo que ya sabe hacer.



== ARTHUR Y GEORGE ==

Es, de todo lo que he leído de Barnes, la novela más adecuada para todos los públicos. Es la novela menos experimental, con una estructura más fácil de seguir y con una historia más convencional. Y precisamente por eso mismo, es la más atípica de todas las suyas, puesto que no se parece demasiado a nada de lo que le hubiese leído hasta la fecha.

A pesar de ser la última que tiene publicada hasta la fecha es sin embargo es una estupenda novela para iniciarse con este autor si no habéis leído nada suyo. Fundamentalmente porque mantiene las constantes en su obra que he nombrado anteriormente y no tiene las dificultades que entorpecen su lectura en otras. También, no lo negaré, no llega a las cotas de magnificencia de algunos de sus escritos, pero el nivel general es muy alto y es una novela de calidad constante. Barnes ya he explicado que es un escritor montaña rusa que sube y baja. Los momentos más gloriosos, las frases mejores, los pasajes más memorables están precisamente en novelas que no mantienen la regularidad en la calidad. Aquí quizás careceremos de esos momentos que anclarán a Barnes a nuestra memoria, pero sí que nos permitirá entender porqué este buen señor se ha hecho un hueco en la literatura.

Creo pues que como novela de iniciación es magnífica, la mejor que he encontrado suya hasta la fecha para este propósito. Mantiene la esencia de Barnes en cuanto a calidad prosística, profundidad en la descripción de personajes, selección de los puntos de vista y minuciosidad de los detalles y por otro lado es una novela con un ritmo adecuado y que te engancha.

Barnes jamás podrá ser considerado un “page turner” propiamente dicho. A pesar de que esta novela se lee muy bien y que la lectura es considerablemente más ágil que cualquiera de sus textos, sus obras están pensadas para ser paladeadas y no engullidas. Incitan a una lectura sosegada y tranquila, no a una lectura compulsiva. Quizás sea por lo que he comentado del gusto por el detalle. Barnes es un autor en el que nada es casual. Se fija en multitud de detalles, de cosas pequeñas que suceden, pero lo hace de tal modo que no entorpece la lectura en absoluto. A mí me molestan mucho los autores que yo denomino “yo y mi ombligo” que se pasan la vida dándole vueltas a las cosas que les suceden a ellos. Barnes no es introspectivo en absoluto. Sus personajes no son necesariamente personas encerradas en sí mismas sino que más bien son gente observadora. Que es una gran diferencia. Las tramas siempre avanzan, siempre suceden cosas y la diferencia con otros autores es que tenemos muchísima información de lo que sucede. Cosas que para otros serían fútiles, para Barnes no lo son, con lo que el cuadro que se muestra ante nuestros ojos está lleno de matices y colores distintos.

Así que este libro no se atasca sino que fluye. Más despacio porque tiene que contarnos muchas cosas, pero no se pasa horas y horas hablando de cosas intrascendentes. Todo tiene su aquel. En absoluto es un libro contemplativo, pasan muchísimas cosas pero el relato es muy rico.

Otra de las cosas que siempre me sorprende de Barnes es lo poco que juzga a sus personajes. Los presenta tal y como son y siempre parece querer decirnos que la verdad no es única, que siempre hay varias versiones sobre la misma. Esto lo llevó al extremo en “Hablando del asunto”, el libro triangular que os comentaba más arriba. El mismo hecho, contado por tres personas distintas adquiría distinta relevancia. Es obvio que a veces se le notan las simpatías, pero pocas veces hay buenos y malos. Incluso los presuntamente buenos siempre tienen (como tenemos todos, por otro lado) defectos y cosas que nos hace más humanos. En el caso de este libro esto vuelve a estar presente.

El libro narra la historia de Arthur y George. George Edalji es el hijo de un sacerdote anglicano de origen parsi al que en un momento de su vida juzgarán y condenarán por haber matado a un número considerable de reses en una tranquila localidad del campo inglés cercana a Birmingham. La situación era surrealista, porque tanto a George (que es abogado), como a su familia llevan años acosándoles y enviándoles cartas amenazadoras anónimas que posteriormente en el juicio dirán que escribió él mismo, y no había absolutamente ninguna prueba en su contra. Pero pese a todo fue condenado. Y Arthur es Sir Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes que conocerá la historia de Edalji y se aprestará a echarle una mano.

La historia es absolutamente cierta. Como dice Barnes, todas las cartas y artículos que aparecen son reales y tanto lo que le sucedió a Edalji como la implicación de Conan Doyle están perfectamente documentados. Pero claro, como es habitual en Barnes (ya lo hizo en “Una historia del mundo en diez capítulos y medio”), la visión que da de lo ocurrido es muy personal, como no podía ser de otro modo.

El libro está dividido en cuatro capítulos grandes. Dentro de éstos encontramos muchos trozos, encabezados por el nombre de quien lo protagoniza. No he encontrado otra palabra más adecuada que “trozos”, ya perdonaréis. A veces son unos párrafos, otras veces son muchas hojas… depende de lo que cuenten. Así que la historia va pasando de uno a otro, hasta que se encuentran y se vuelven a separar. Contado es mucho más difícil de entender que leyéndolo. No resulta nada complicado pasar de la historia del uno a la del otro puesto que son tan diferentes que es virtualmente imposible mezclarlas. Tampoco sus caracteres se parecen en absoluto.

Barnes vuelve a ser aséptico en sus descripciones de los personajes. Edalji es a todas luces buena persona e inocente de lo que se le imputa, pero al mismo tiempo se le ve coartado por su padre y con poca facilidad para las relaciones humanas. Conan Doyle (por cierto, oftalmólogo de profesión) muchas veces nos parece un tanto presuntuoso.

A mí la historia me ha parecido apasionante. Me ha gustado mucho, y más aún por ser cierta. El caso Edalji me parece algo digno de conocerse y más siendo tamizado por la pluma magistral de Barnes. ¡Y no sabéis lo que me ha sorprendido saber que Conan Doyle odiaba a Sherlock Holmes!

== RECOMENDACIÓN ==

Ahora Anagrama lo ha vuelto a editar en su versión barata, así que por no llega a 9 euros lo tenéis disponible. Como he dicho, creo que es una novela muy para todos los públicos, que se lee muy bien y que resulta amena. Así que creo que merece la pena hacerse con ella porque cuenta algo interesante, está bien escrita y tenéis ocasión de leer a un autor magnífico “con red”.

Becky espera un bebé - Sophie Kinsella



¡Por fin! Yo ya me estaba quitando de la chick-lit y de los libros caros pero el otro día '''tuve que ''' comprarme un libro y que cumplía las dos cosas. Me pilló completamente por sorpresa, he de decir. No sabía que Sophie Kinsella estuviera preparando un lanzamiento de la serie Locas por las compras. Pero a fe mía que lo he agradecido un montón

== Me estoy quitando, me estoy quitando… ==

Pues sí. Yo, que he sido la mayor devoradora de chick lit del planeta, tragándome cualquier cosa que publicaran, llegué a un punto de saturación.

Nunca he tenido mayor problema en reconocer que soy (o he sido) devoradora de este género literario. Ya hemos explicado las fans que es la chick lit. Básicamente son novelas para mujeres jóvenes (en torno a los 25-35 años), con protagonistas femeninas que buscan triunfar en el amor y en el trabajo. Existen dos corrientes, la americana, cuyas novelas se ambientan en escenarios de clase alta, con mucho lujo, ostentación y frivolidad (un claro ejemplo sería las novelas de Candace Bushnell, la escritora de Sexo en Nueva York), y la inglesa, cuyas protagonistas son bastante más normales aunque un poquito neuróticas. La novela que dio inicio al género para muchos es la aclamada Bridget Jones, prototipo de novela de chick lit inglesa.

Son novelas sin mucha trascendencia. En realidad vienen a ser una reformulación de la novela romántica tradicional aunque pensada para chicas jóvenes que no se solían acercar al género. Son tremendamente previsibles y generalmente no tienen mucho aquel. Pero son fantásticas como literatura de escape y maravillosas para leerlas en sitios donde la concentración brilla por su ausencia, como el autobús o el metro.

Pero aún así, aunque muchos crean que sí, no todo el campo es orégano. Incluso en un género aparentemente “tan fácil” hay novelas buenas y malas. Precisamente este ha sido el problema… que todo el mundo ha creído que era condenadamente sencillo escribir novelas chick-lit y han empezado a proliferar como setas. Y para quien se ha leído unas cuantas, las malas se cazan al vuelo.

Tal era mi desesperación por no encontrar una decente que entoné el “me estoy quitando, me estoy quitando” porque ya no era capaz de volver a leerme otra de éstas (que además, para más inri suelen costar en torno a los 15-20 euros porque poquita cosa sale en bolsillo) arriesgándome a tirar ese dinero a la basura. Harta acabé


== Pero Sophie Kinsella … ==

Pero Sophie es distinta. Para quienes no la conozcáis deciros que la Kinsella es la creme de la creme de la chick lit. Muchos la consideran una de las grandes escritoras de este género en su corriente inglesa, junto con Helen Fielding (la escritora de Bridget Jones) ¿Y por qué? Fue una de las primeras que se arriesgaron con el género cuando aún no habían empezado a salir libros de estos como champiñones. Además de la saga de Loca por las compras, Kinsella ha escrito un puñado de libros bastante regulares (aunque hay quien dice que La reina de la casa no está a la altura, aunque a mí personalmente me divirtió), entendiendo regular no en el sentido de mediocres, sino de constantes en calidad.

Kinsella apuesta sobre todo por las chicas en la treintena bastante peculiares. Sus personajes femeninos son únicos, en el sentido de que los dota de una personalidad bastante trabajada. Lo que destaca sobre todo en ellos es que son chicas peculiares y con un inagotable sentido del humor que se enfrentan a situaciones bastante disparatadas. En ese sentido, cualquier libro suyo es una garantía de que no utilizará tópicos manidos en el género y que serán divertidos. Que es básicamente lo que se le pide a cualquiera de estos libros, realmente.

Su personaje más afamado es Becky Bloomwood, ahora Becky Brandon, la protagonista de la saga Loca por las compras. Esta serie la componen cinco libros, que son, a saber, Loca por las compras, Loca por las compras en Manhattan, Loca por las compras prepara su boda, Loca por las compras tiene una hermana y éste último. No entiendo muy bien por qué le han cambiado el formato del título, porque es algo que no tiene demasiado sentido. Da unidad a la serie y además en inglés no hay una ruptura con el formato: todos los libros se titulan “Shopaholic &…” y éste último no es una excepción. También han cambiado la estética de la portada. No es que sea fea; de hecho a mí me parece más bonita que las precedentes. Pero hubiese estado mejor mantener la coherencia visual. No sé porqué estos cambios ¿A cuenta de qué? ¿Por qué cambiar algo que funciona?

Becky, como decía, es la protagonista indiscutible de la saga. Es una cabeza de chorlito con una visa con incontinencia. Becky no puede evitar comprar de manera compulsiva cosas que no necesita en absoluto. No estoy hablando de que no necesite quince pares de zapatos, que también… es que es capaz de comprar las cosas más absurdas como muebles que ni siquiera le gustan “simplemente porque están de rebajas”. Su pasión es la moda, y se pirra por cualquier trapo de marca. Cuando ve algo que quiere, pierde la poca cordura que tiene y es capaz de meterse en unos líos de órdago porque se le va la mano. Así que se endeuda y se mete en unos fregados horrorosos y terriblemente divertidos al mismo tiempo.

La cosa es que pese a lo extremo del personaje y del poco seso que demuestra tener a veces, Becky cae bien. Supongo que en el fondo muchas la entendemos… y es que aunque sea llevado al extremo frases de las que dice ella las he dicho yo misma o las he oído a mis amigas. Por supuesto no conozco a nadie que sea tan extremo y que haga una tras otra… pero casi todas hemos sentido en algún momento el “me he enamorado” y “tiene que ser mío” referido a un objeto, bien sea ropa, zapatos, un bolso monísimo o incluso un libro. Así que Becky nos sirve para reírnos de nosotras mismas y pensar que más vale controlar si no queremos convertirnos en una loca por las compras como ella. Becky no es un personaje aspiracional. Nadie quiere ser como ella en realidad porque está tan exagerada que no es real. Pero Becky es buena persona, tiene un gran corazón, mucha suerte en el fondo y se las apaña. Y es leal a su gente. Así que no puedes evitar que pese a ser una cabecita loca te caiga bien.

== Y tiene un bebé… ==

A Becky la hemos visto en múltiples situaciones, cada una más disparatada y alocada. Pero en ésta novela la veremos en otro registro. La novela no pierde tiempo explicando cómo ha sido la búsqueda del bebé. Está embarazada desde el principio. Esto hace que nos evitemos los prolegómenos y se centre en las cosas que pasan en ese periodo de la vida.

De todas maneras, Becky está embarazada, pero no tiene la relevancia que pudiera pensarse. Su preñez se nota en los temas, pero no es una obsesión. En realidad, ella está más preocupada por ordenar su vida antes de tener al bebé que concentrada en prepararse para recibirlo. Digamos que el bebé le pone un límite temporal: por primera vez está centrada y preocupada por tener las cosas bajo control, cosa que hasta ahora no le había pasado en ninguna novela. Hasta ahora las cosas fluyen y ella va haciendo un ovillo cada vez más grande con las cosas que le pasan. Las soluciona porque no le queda otra, hay un punto en el que estallan. Sin embargo en esta, pese a que se va liando todo como de costumbre, Becky quiere tenerlo controlado. ¿Puede, no puede? Tendréis que leerlo.

En ese sentido se nota que Becky es mucho más madura. Va a cambiar su vida, y sabe que tiene que serenarse y cambiar. Eso no obsta para que siga siendo la misma y suspirando por un montón de cosas materiales. Pero ya no es de la manera obsesiva de las primeras novelas. Por el contrario se nota que Becky es mucho más adulta y menos egoísta. Aunque aún no ha nacido, el bebé es importante para ella. Compra, sí, pero ya no es para ella.

Hay otras cosas que siguen: su lealtad a sus amigas y su intención de hacer que la gente a la que quiere esté bien (como su hermana Jess) permanecen.

En esta novela veremos personajes que se repiten en otras novelas: Jess, su hermana, su mejor amiga, sus padres, y Danny Kovitz, su amigo neoyorkino que ahora es toda una estrella de la moda. Como personaje nuevo más importante está Venetia Carter, la ginecóloga de las estrellas. Becky no está tan preocupada por adquirir cosas nuevas… por el contrario lo que le preocupa es mantener lo propio. Sigue siendo tan mitómana como siempre (se muere por una ginecóloga que no conoce simplemente porque es la de las famosas y aspira a salir en el Vogue como una mamá con estilo) pero todo queda un poco más al margen.

== Acabando que es gerundio ==

Este libro no creo que defraude. Como parte de una saga, mantiene el nivel y es una continuación más que honrosa. Tiene sentido, continúa la trama de una manera coherente y no te sientes estafada. Los libros de Loca por las compras siempre te dejan con ganas de más y por eso cuando te haces con el siguiente se leen con ganas. Es un libro tan fresco y lleno de sentido del humor como los precedentes.

Se lee de manera fluída, te ríes y te mantiene enganchada. Becky es la misma de siempre y tenía ganas de verla en esta situación.

Tal vez no sea el mejor, pero está bien y doy por bien invertidos los 15 euros que me costó. Para las que conozcáis la saga y os guste, merece la pena. Para los que no, yo os recomendaría empezar por loca por las compras, el primero. No tiene demasiado sentido empezar por éste habiendo unos cuantos anteriores. Al fin y al cabo dan muchas cosas por supuestas y no sé si se disfruta lo mismo si no la conoces de antes y la entiendes.

Firmin - Sam Savage


Firmin es de esos libros que se ha vendido de boca a oído. Sin tener a priori una gran campaña de marketing, son sus lectores los que lo han ido recomendando a terceros y así se ha ido haciendo un hueco en nuestras casas.

La puñeta de estas cosas es que un libro condenado a ser leído selectivamente quizás ha ido generando unas expectativas sobre sus potenciales lectores. Y digo que es una puñeta porque no es lo mismo leer cualquier cosa “virgen” que hacerlo esperando encontrar según qué cosas. Si esperamos una obra maestra y lo que nos encontramos es simplemente un buen libro, nos decepcionará, igual que si esperamos un libro normalito y descubrimos que es bueno, pesará más sobre nuestra memoria. Las cosas se inflan y se desinflan según lo que esperamos de ellas. Por eso a veces me gusta leer las cosas sin tener ninguna referencia previa… porque lo que obtengo es pura sorpresa y mucho más cercano a la realidad (al menos a la mía) que del otro modo. Así no puedo evitar compararlo con lo que otros han encontrado en él, en base a un listón previo que yo no he puesto, bien sea por arriba o por abajo.

A Firmin no lo elegí: me lo regalaron. De todos modos, estaba en mi lista de lecturas pendientes, así que supongo que me lo hubiese acabado comprando. Tenía miedo a la decepción, si os soy sincera, y es por esto por lo que estaba tardando más de la cuenta en comprarlo. Varias veces me acerqué a él y otras tantas lo volví a dejar. Pero al final, el destino hizo que se pusiera en mis manos y la decisión no fuera mía.


Las primeras reseñas que leí sobre él eran muy buenas… conforme ha ido pasando el tiempo han ido siendo peores. Como digo, creo que es una cuestión de expectativas, así que intenté dejarlas a un lado y meterme en la lectura sin mayores valoraciones. Sin tratar de juzgarlo como una obra buena o mala a priori, mi objetivo era disfrutar de su lectura y sin duda es algo que he conseguido. A mí sí que me ha gustado, y mucho.

Como ya ha escrito mucha gente sobre él, no voy a haceros una reseña como las que acostumbro, sino que me voy a saltar voluntariamente mi orden habitual. Prefiero ir reflexionando sobre la marcha sobre lo que me he encontrado, sin más historias.

Firmin es la historia de una rata que primero es bibliófaga y posteriormente bibliófila. Primero se come los libros y después los devora en sentido menos literal. El libro nos cuenta su vida, en primera persona, como un monólogo. No creo que necesitéis saber a priori mucho más del argumento.

A mí, de primeras, es un libro que me resultó llamativo porque mi pasión por los libros es sobradamente conocida y es el trasfondo de la novela. Sea rata o no, Firmin es un amante de los libros y por tanto a efectos de identificación resultaba interesante. Nuestro protagonista nace en una librería en los años 60, un lugar elegido al azar por su madre para parir a su extensa camada. Para aquellos que tenemos una pasión casi fetichista por los libros, no hay un escenario mejor y más lleno de connotaciones que éste. A efectos imaginativos, una librería desierta con un montón de volúmenes a mi disposición es uno de los sitios más llamativos que pueden existir. Puedo comprender la emoción de vivir ahí conforme van pasando los días y va adquiriendo conciencia. Incluso su faceta de peeping Tom (el que observaba por un agujerito a la desnuda Lady Godiva), me resulta sencilla de entender. Todos tenemos un voyeur dentro y eso sería precisamente lo que me gustaría ver a mí desde la distancia. La librería, además, me recordó al cementerio de los libros olvidados de La sombra del viento, uno de los lugares con más atractivo para mí de toda la literatura.

Firmin es una rata. Con ella cobra especial sentido la expresión “rata de biblioteca”. No podemos olvidarlo, porque el tiempo es también relativo. Vive una vida en muy poco tiempo humano, de manera que tenemos la sensación de que pasan muchos años cuando en realidad la novela se desarrolla en meses. De este modo, la manera en que adquiere conocimientos es muy concentrada y muy rápida. Pero es una rata. Feo y contrahecho como un animal de su especie, esto es algo que le atormenta.

Y es que Firmin es y no es. Está en medio de ninguna parte. Las ratas no lo aceptan porque su conducta sigue patrones distintos a los suyos, y para los humanos, pese a que técnicamente por su intelecto se parecería más, lo miran como lo que es, una rata. Esto le hará ser un inadaptado. Por un lado está lo que es y por otro lo que le gustaría ser. No soporta siquiera su visión en el espejo puesto que le recuerda su conflicto interno. El espejo le devuelve la visión que los demás tienen de él, y esto no le gusta. Y le recuerda que si bien puede hacer cosas de rata, en el fondo es mucho más dependiente de lo que le gustaría, en su vida como “humano”.

No penséis en términos de ratoncito adorable con Firmin. Por un lado nos recuerdan continuamente cómo es su aspecto y resulta de todo menos tierno. Pero es que además, Firmin es una rata que en muchas ocasiones resulta bastante pedante. Sus referencias constantes a grandes clásicos de la literatura (muchos de los cuales he de confesar que no he leído) hacen que la identificación con él no sea tan fácil como pudiera ser a priori. Nos une el hecho de que necesitamos leer, pero como él mismo confiesa es una rata de gustos burgueses y poco arriesgados. Básicamente se nutre de clásicos y es algo que no oculta.

Pero al mismo tiempo, hay cosas en él que sí que me resultan tiernas, aunque pueda parecer un contrasentido. No es una rata que me caiga especialmente bien, aunque a veces siento conmiseración por ella. Me gusta cómo se fija en los pequeños detalles… el cómo le duele el haberse comido alguna parte de algunos libros y no poder disfrutar de ellos, el cómo intenta animar haciendo trucos de rata vulgar al escritor tocando el piano para sacarle de la depresión (convirtiéndose en una mascota, algo que no cree ser), el cómo disfruta de que el librero dé con un libro escondido.

Hay dos partes en la novela… una contemplativa en la librería en la que fantasea con que le traten en base a su intelecto. Se construye una vida paralela, en la imaginación, que a todas luces es irreal porque Norman jamás verá más allá de su imagen. Habla de lo que nos condiciona la imagen que los demás tienen de nosotros e invita a reflexionar sobre ello. La segunda por el contrario explora sobre cómo por cariño nos convertimos en lo que los demás esperan de nosotros. El escritor piensa que es una rata, y le quiere pese a su aspecto. Obviamente no va más allá, pero Firmin es capaz de ver el amor y la aceptación (que él nunca ha tenido sobre sí mismo) y acepta convertirse en algo que en el fondo tampoco es. Siempre es y no es.

No sé. A mí es una novela que me ha hecho pensar. Pese a todo he experimentado la sensación de ponerme en lugar de alguien diametralmente opuesto a mí, buscando los puntos que siempre todos tenemos en común. Siempre hay algo que nos liga al otro, incluido Firmin. Para mí ha sido un ejercicio interesante.

No sé si es la mejor de las novelas. Eso no lo sé. Pero a mí me ha movido algo por dentro, me ha sacudido su lectura y eso no es algo que me pase todos los días. Así que el tiempo dirá dónde debe ser colocada esta novela, pero de momento a mí me ha conmovido. No quería más y eso es lo que he conseguido.

¿Recomendarla? Sí. ¿Qué otra cosa podría hacer? Pero sólo en caso de que estéis dispuestos a acercaros a ella sin prejuicios que la estropeen y sin esperar mucho. Ya decidiréis más adelante, cuando lo concluyáis qué significado tiene en vuestra vida. No tengáis prisa.

El método (The game) - Neil Strauss



Ayer estuve de viaje. Yo pensaba que iba a tener suficiente lectura, pero se me acabó, así que tuve que ir a comprarme algo a un kiosko de Atocha. Entre que no había demasiado donde elegir y que saqueo con frecuencia las librerías, tampoco me maté mucho para elegir: vi este libro que tenía buena pinta, un título atractivo y tras comprobar que fuera una novela me lo llevé sin pensar mucho más.

Realmente, “El método” es un libro peculiar. Está escrito de forma novelada, sí, pero es una historia real. Sin embargo no tiene forma de ensayo, ni su densidad. Le mata, para mi gusto, su excesiva longitud. Yo me lo leí en un día (empecé en el tren y lo rematé en casa) pero hay momentos en los que se hace excesivamente largo. Aún así, es un libro de lo más interesante.

== FICHA TÉCNICA ==

Título: El Método (The game): Todo lo que necesitas para ser un seductor profesional
Autor: Neil Strauss
Traducción: Agustín Vergara
Editorial: booket (número 9014)
Encuadernación: bolsillo
Número de páginas: 668
Precio: 8.95 euros

Lo tenéis también en tapa dura editado por Planeta al precio de 19.95 euros.


== ARGUMENTO ==

Neil Strauss (el autor) era un escritor y periodista con nulo éxito con las mujeres. Su aspecto no era nada fuera de lo común y en general las chicas pasaban bastante de él. Pero su vida cambió cuando se unió a la “comunidad de la seducción”, un grupo que compartía técnicas para ligar con las mujeres. Pero no penséis que de cualquier manera… muy al contrario. Era una cosa muy profesional, un estilo de vida… tonterías las justas.

El libro cuenta su transformación: de cómo pasó de ser Neil a ser Style, un gurú de la seducción. De ser un don nadie a alguien capaz de conquistar a cualquier mujer que se le pusiera por delante.

Lo curioso es que este libro, que para mí es una novela (puesto que formalmente lo parece y se lee con su misma fluidez) para muchos hombres en todo el mundo es todo un manual. Por curiosidad, he entrado incluso en algún foro de seductores y hablan de él como “un mapa del tesoro”. Si bien no expone directamente las técnicas sí que habla de muchas de ellas de manera lateral y sobre todo, cita todo lo que hay que saber, lo que hay que leer y a quien hay que conocer: quien es quien en el mundo de la seducción y las distintas teorías que plantean.

== COSAS INTERESANTES ==

Es un libro que se lee bastante bien y de manera rápida. Me cuesta llamarlo un “page turner” porque hay momentos en que se hace excesivamente largo y creo que ganaría si acortase su longitud; pero lo cierto es que engancha y que su lectura es fluída.

Obviamente, yo lo he leído desde el desconocimiento. Sinceramente, no tenía apenas referencias de esta comunidad de seductores. Una vez lo leí sí que me quiso sonar que uno de los libros de chick-lit que leí lo nombraban de refilón casi como mofándose. Pero vamos, que ni lo recordaba. Después, por curiosidad, como he dicho, he estado echando un vistazo en la red y es cierto que es un movimiento bastante documentado y para nada residual. Tienen toda una organización y prácticamente cada gurú de la seducción tiene su propia página web con su comunidad. Hoy en día muchos están retirados de lo que ellos llaman “el sargeo” (ligar) pero se ganan la vida a base de dar talleres para gente que quiere iniciarse. Y muy bien que se la ganan, por cierto.

Como podréis imaginar, no tengo absolutamente ninguna intención de comenzar a leer mucho más sobre el tema. Primero, porque es algo de tíos, es una comunidad masculina. Y segundo, porque como cosa curiosa está bien, pero tampoco me interesa tanto el tema. Creo que en ese sentido “El método” es el libro más adecuado para “iniciarse”. La ventaja que tiene Neil Strauss es que él es un gurú, y por tanto conoce muchas de las cosas desde dentro. En ese sentido su visión es muy informada. Conoce lo que tiene que conocer, y tuvo el éxito suficiente como para narrarlo desde la superioridad. Pero es que además, es un periodista, de manera que la forma de contarlo es muy amena y reflexiva al mismo tiempo. Él no se limita a contar lo que hacen, sino que reflexiona sobre ello.

Estas comunidades de seductores crecieron al amparo de Internet. Cada uno de sus miembros se oculta bajo un seudónimo o nick y poco se sabe de sus personalidades reales. Pero Strauss dio el paso de desenmascarar en el periódico donde trabajaba la existencia de éstas, que por aquel entonces eran bastante desconocidas para quien no estuviera involucrado.

Otra de las ventajas de Strauss es que como alumno fue bastante poco dogmático. Por lo que cuenta, en general la gente tendía a seguir a uno de los gurús de manera bastante estricta (al menos al principio) y éste intentaba demostrar que era el mejor. Strauss, sin embargo, siempre se negó a acoplarse a ninguna de las corrientes, y es por ello quizás que fuera tan bueno. Estuvo mucho tiempo estudiando, bebiendo de los distintos pesos pesados del mundillo para después crear su propia corriente. El no cerrarse a una única fuente hace que su visión sea quizás, la más global que podamos tener.

Decía que era un libro que se leía de manera fluida. Sin embargo una de las cosas que llama poderosamente la atención es que el libro está lleno de argot. Es tan curioso que al final incluso hay un glosario de los términos utilizados, así como el gurú al que cabe atribuirlos. Esto dificulta un poco la lectura, pero es cierto que te acostumbras y que muchos de ellos se acaban deduciendo por el contexto.

Para mí, particularmente, la utilización de un argot es una forma de distanciarse de la realidad. Para el que lo lee y no está en el mundillo, es casi como si hablaran de un videojuego y no de lo que pasa en realidad. Y por otro lado, también “cosifica” a las mujeres y al acto de ligar. Se banaliza. El sargeo o ligoteo es una forma de demostrar poder. No se trata tanto de consumar el acto, de echar un polvo, sino de demostrar que aquellos que antes no tenían ninguna posibilidad con las mujeres y que eran unos perdedores ya no lo son. Tienen a las mujeres comiendo de su mano. No se trata tanto de “meter” (dicho en román paladín) sino de demostrar que pueden. Que se han reconvertido a sí mismos.

La comunidad de la seducción parte de la base de que todo se puede aprender. Convierten a la seducción en algo mecánico, que responde a un guión. A mi modo de ver, así pierde toda la gracia. Hay poco de realidad y poco de verdad en el ligue. Se trata de cobrar presas, una vuelta a las cavernas casi casi. Disfrutan porque tienen poder sobre las mujeres, pero no de lo que pueden conseguir de ellas.

De hecho, es algo que se plantea el mismo Style, el alter ego triunfador de Strauss. Se pregunta si no es necesario tener una materia prima para ser un seductor o todo se puede realmente aprender. Y de hecho, hace una reflexión que a mí me parece interesante: no enseñan a ligar, no dotan a la gente de recursos propios sino que crean “mini-yos” que únicamente copian a otros. Hay poco de improvisación, poco aporte personal. Son robots de la seducción, y llega a llamarlos así incluso. Por eso dentro de lo que cabe a Strauss se le puede respetar porque es consciente de muchas cosas.

Una de las cosas más llamativas es el momento en que construyen “proyecto Hollywood”: Una mansión en la que los seductores viven y que están pensadas para ser un lugar de vicio y perdición. Y lo que termina siendo es una cochiquera de la que huye cualquier mujer de la limpieza, donde la gente se hacina en los vestidores y hace poco menos que de acólito de los gurús. Curiosamente, como dice Strauss, se supone que iba a estar lleno de chicas y lo único que había era chicos a mansalva.

Son varios los famosos con los que tuvieron contacto: Tom Cruise (cuyo papel en Magnolia tal vez estuviera inspirado por Ross Jeffries, uno de los gurús), Britney Spears, Paris Hilton y sobre todo Courtney Love, que vivió incluso en Proyecto Hollywood una temporada. De hecho, Style acabaría retirado del mundanal ruido por una de las guitarristas de la banda femenina de Love.

Como he dicho, Strauss ha dejado el sargeo activo y vive (aunque según la wikipedia su novia se fue con Robbie Williams) con Lisa, la guitarrista de Courtney Love. Ha fundado su propia comunidad en www.stylelife.com, paralela a la de Mystery, su mentor.

== ¿Y SON EFECTIVAS LAS TÉCNICAS? ==

Pues para conseguir un ligue ocasional, no lo dudo. A los miembros de la comunidad se les insta a ser distintos y destacar. Y por tanto es más que probable que resulten atractivos para las mujeres.

Ahora bien… el método tiene dos inconvenientes. Uno de ellos es la saturación; cuando hordas de hombres practicando en talleres de la mano de su gurú se dedican a hacer batidas en un bar, puede llegar a pasar que les hayan entrado previamente utilizando esas técnicas. Y como no innovan, sino que se limitan a seguir un patrón previamente diseñado, pierden el factor sorpresa.

Y el segundo es que tampoco creo que sirva para establecer relaciones estables, ni tan siquiera para ser más felices. Los miembros de la comunidad son bastante infelices. Depresivos en su mayoría, metidos en luchas intestinas por el poder, al final mecanizan tanto la caza de la presa que se aburren. Buscan algo más y con esas técnicas no lo consiguen.

Así que realmente ¿triunfan? Sí, consiguen muchas muescas, pero no sé si mejoran su vida. Y a mí me parece bastante triste. Todo es tan vacío y tan banal que a mí me parece que no es un modo de vida interesante. Pero allá cada uno…

== LEERLO ¿SÍ? ¿NO? ==

Como curiosidad es interesante. Incluso para leerlo en plan experimento sociológico. Te da mucho que pensar. Por supuesto, si estáis pensando en introduciros en el mundillo, es más que interesante.

¿Necesario? No. Interesante sí, pero no es necesario. Se lee bien, resulta algo distinto y te introduce en una realidad de la que no está de más tener noticias. Si eres chica te ayudará a distinguirlos, aunque creo que en España no hay sino grupos muy minoritarios. No es que te inmunice, pero si estás “en el mercado” tal vez quieras aprender a detectarlos.

A mí me ha gustado. Me ha parecido una novela digna de ser leída y que está bien escrita. Además, el autor desvela documentos internos de la comunidad, partes de “sargeo” y por tanto, por su parte de realidad y de documentación es igualmente recomendable. Pero ya os digo que aparentemente es una novela y como tal se lee.

No kids, 40 buenas razones para no tener hijos - Corinne Maier


Sabía a lo que venía. Perfectamente. Corinne Maier es una especie de Risto Mejide de la literatura llamémosla periodística francesa (puesto que llamarla de ensayo me parece un poco demasiado pretencioso). Bangles hizo en su día una opinión magnífica, como todas las suyas por otro lado, sobre este libro, tanto que me fui corriendo a comprarlo. Lo pospuse sin embargo; mientras que la edición en catalán está por 6 miserables euros, la escrita en castellano cuesta la friolera de 15 euros, un precio bastante disuasorio. Casi dos meses lo he tenido en espera, pero al final me di una alegría por motivo de mi cumpleaños y pedí que me lo regalaran.
No voy a contaros la vida y milagros de la autora porque no la conozco y tampoco tengo demasiadas ganas de hacer una investigación sobre ella… bastante da de sí el libro de por sí y ya tenéis la opinión que me precede para ilustraros. Es más, pretendo que ésta (ya que Bangles y yo para suerte mía compartimos muchos lectores) sea más bien una opinión complementaria a la suya. Así que voy a ir al grano y ya una de las cosas que nos diferencia es que ella no tiene hijos y yo sí tratar de dar una visión de una madre sobre este libro.


Leyendo el libro

He leído el libro dos veces. Esto no tiene especial mérito porque se lee, como se dice vulgarmente "en un pedo". Son 142 páginas de letra más bien grande, así que no hace falta ser especialmente rápido para finiquitarlo en una sentada. La primera vez lo leí sabiendo que era un libro polémico y simplemente lo leí, sin más, sin meditarlo. He de confesar que a veces me reía incluso del cinismo de la autora. Mi primera sensación fue que decía verdades, que en otras cosas se pasaba ocho pueblos, que había cosas del fondo que sí, que las formas no y que realmente no era para tanto. La segunda lectura ha sido más en profundidad, con papel y boli. He hecho dos columnas, de cosas con las que estaba de acuerdo y otras con las que no, y yo misma me he sorprendido al descubrir de que casi había más en el "a favor" que en el "en contra". Con muchos matices, por supuesto.
Sí que he reafirmado mi sensación de que estaba ante una Risto Mejide chica y francesa. Se nota el afán de provocación. Ella quiere escandalizar y no dejar indiferente a nadie y al parecer es lo que consigue. Su tono es bastante insultante y provocador… lo que no quita que diga en determinadas ocasiones verdades como puños. Pero elige frases llamativas, con afirmaciones muy controvertidas y que a alguien muy sensible le pueden llegar a hacer saltar. Está pinchando continuamente, "tocando la moral". A mí, sinceramente, me daba la risa. No sé si porque estaba advertida y no venía virgen o porque tengo la mente más abierta (tampoco me las quiero dar de nada porque yo, como todo hijo de vecino, tengo mis puntos débiles y se me puede tocar la moral si alguien se lo propone), pero cuando leía algunas de las cosas más burras me daba la risa floja. En fin.


Desmoralizando a quienes pretenden tener hijos

Ese es el objetivo que ella dice tener. Y lo dice así de claramente, casi con estas mismas palabras. En mi caso está claro que ha llegado tarde puesto que yo ya tengo una niña pequeña y no podemos dar marcha atrás.
Efectivamente, todo parece ir en esa dirección y nadie puede llevarse a engaño: la portada del libro es un "No kid" de considerable tamaño con una señal de prohibido en la que se encierra un carrito de bebé.

En la introducción ya encontramos algunas perlas. Asevera con rotundidad que "cada niño nacido en un país desarrollado es un desastre para el planeta entero", por ejemplo. Lo explica, pero dicho así suena un poco fuerte. Lo más destacable de la introducción es dice sin tapujos que ella se arrepiente de haber tenido hijos. Que si volviera atrás probablemente no los tendría porque le ve muchas más cosas negativas que positivas. Semejante revelación habitualmente le hace parecer como un monstruo… parece que una madre JAMÁS puede decir algo así. Puedes arrepentirte de muchas cosas, pero jamás de tus hijos.
Una de las cosas que más interesantes me parece es que dice que ella escribe un libro sobre por qué no tener hijos precisamente porque los tiene. De no ser así no se le concedería absolutamente ninguna credibilidad. Dice que se le tacharía de amargada y que lo haría desde el resentimiento por no poder tenerlos… y lamentablemente creo que tiene razón. Pienso que es exactamente por dónde le atacarían.

¿Y qué propone para desmoralizar? 40 motivos por los que no se debería tener hijos. No os asustéis; no voy a comentarlos uno por uno. Como os he dicho, he ido apuntando en un papel las cosas que cuenta con las que estoy de acuerdo y aquellas con las que no. Mi intención es más bien hacer un repaso a algunas de ellas antes de daros mi particular valoración.

A favor
Tener hijos está de moda
Sí, lo creo. Al menos bajo el prisma en que ella lo cuenta. Efectivamente, estamos hartos de ver a las celebridades con sus hijos apoyados en la cadera, se nos cae la baba con los hijos de la Jolie, con la niña de Tom Cruise y cada vez que una famosa da a luz tenemos el reportaje correspondiente en la revista de turno. La maternidad, al menos en las altas esferas, está vista con buenos ojos. Las futuras madres se desnudan en las revistas, muestran su preñez y a todo el mundo le parece divino y a pocos les escandaliza ya. Pero otra cosa muy distinta es a pie de calle. Ahí las cosas son muy distintas, creo. Entre las mujeres trabajadoras no está tan de moda tener hijos porque no es tan fácil y se lo piensan mucho más, creo.

No a tener hijos como un modo de integrarse en la sociedad
Es una de las cosas que critica. Parece que llegada una edad tener hijos es lo que toca. Llegas a unos años en que parece que es lo que se espera de ti. Que te cases (o arrejuntes, que lo mismo da) y que procrees. Es tu rol. A mí tampoco me parece. Los hijos se tienen que tener por otros motivos muy distintos.
El parto es una tortura. Y los bebés son feos
Pues sí, el parto duele ¿y? ¡Vaya una novedad! Me sorprende que dé esto como una razón, como si alguien no lo supiera. Dice que la gente lo oculta, pero mi percepción es justo la contraria. Más bien mi sensación es de que la gente en cuanto se entera de que estás embarazada empiezan a contarte historias truculentas de los partos más horribles del planeta y la visión que todas tenemos del parto por antonomasia es la de Melania Wilkes en lo que el Viento se llevó. La coña entre mis amigas cuando estamos preñadísimas es que vamos a tener que hacer tiras unas sábanas y poner a hervir agua, con eso os digo todo. Y la realidad es que hay partos de todo. Unos más fáciles, otros más difíciles, otros sencillamente horribles, pero que básicamente cada parto es un mundo y que hombre, por muy bueno que sea tu parto (el mío fue estupendo, por ejemplo) duele ¡qué narices! Tú lo comparas con una sesión de masajes relajante en un spa o una tarde de cine y coñe, pues no es lo mismo ¡nos ha fastidiado!.

Lo de que los bebés son feos de recién nacidos sí que sorprende más. Pues sí, lo son. A ti te parece lo más bonito del mundo porque estás hasta arriba de hormonas y es tu hijo, le quieres y tal, y hay bebés y bebés… los hay feos, muy feos y horribles. ¿Qué despiertan ternura? Sí. Porque son indefensos y muy chiquitines. Pero están mucho más monos al mes, para qué negarlo. También coincido con ella en que en esta sociedad el culto al bebé va paralelo al ocultamiento de la vejez. Queremos parecer cada vez más jóvenes, nos hinchamos a cremas que nos hacen parecer más jóvenes, nos resistimos a envejecer.
La locura de lo natural
Aquí sí que estoy RADICALMENTE a favor. Es curioso porque estoy harta de oír a muchas madres que la sociedad fomenta el dar el biberón a los niños y que dar el pecho está mal visto. Y mi sensación es justo la contraria. Yo lo que percibo a mi alrededor es que (al menos al inicio, la cosa cambia a partir de ciertos meses, también es verdad porque las lactancias prolongadas todavía no están asumidas con normalidad) la que tiene que justificarse más es la madre que opta por el biberón. Es casi una "madre desnaturalizada" por no intentar siquiera dar el pecho o por fracasar. Esto no era así hace nada, es cierto, pero cada vez más se está extendiendo lo que se conoce como crianza natural, que es un término que a mí me horripila. Y lo digo aunque me lluevan las críticas (porque suelen ser muy sensibles a estas cosas)… no me gusta porque implica que lo "otro" no lo es. Tal vez no de una manera voluntaria, pero en el fondo está queriéndose decir eso, y a mí, sencillamente, no me gusta. Creo en las opciones, y que cada uno tiene derecho a hacer lo que le venga en gana y a criar a su hijo como mejor crea / sepa / pueda. Incluyendo por supuesto lo que llaman "natural". Me parece una opción como otra cualquiera y la defenderé igual que defiendo lo otro.

Criar a un hijo es agotador
Por supuesto. Sí, es un trabajo (¿verdad, Pepebarros, ser madre no es lo mismo que ser ama de casa?), sí, es necesario contar con ayuda de tu pareja, sí es necesario contar con un reparto igualitario de las tareas en casa. Claro. Si no puedes acabar muerta matada.
No a los padres monotemas
Se puede Y SE DEBE hablar de algo más que de los niños. Los críos son parte de nuestra vida. Parte, no LO ÚNICO. Se puede tener amistades con niños y dedicar más tiempo a hablar de cosas infantiles, pero no tenemos porqué torturar con las cosas infantiles a quienes no los tienen. Es sano tener más temas de conversación.

El niño odia ser distinto
Es verdad. Los críos son la cosa más gregaria que existe. Quieren distinguirse lo menos posible de sus amigos. Si todos tienen una cosa, ellos también. Recuerdo cuando yo era pequeña que odiaba ir vestida distinta que el resto, por ejemplo. Al final, cuando algo se ponía de moda, todas lo llevábamos. Éramos gregarias.
Tener un niño sale caro
Caro no, ¡carísimo! Caro si tienes los pies en el suelo, pero si encima les creas necesidades innecesarias ya es la releche. Es cierto que hay que hacerse un master en puericultura (que yo pasé con nota, por cierto) cuando nacen, y luego en electrónica para estar al día. Si encima les consientes y les das todo tipo de caprichos, puede salirte por un potosí.

Ser una supermami trabajadora puede ser una esclavitud y no es lo mismo para los hombres
Dice que el coste de la maternidad no es el mismo para la mujer que para el hombre y pone el ejemplo de las ministras y los ministros. El número de hijos que sumaban ellos era de 24, mientras que ellas en total tenían 5. Y era un gobierno paritario. No, no es lo mismo. Ellos no hacen las mismas renuncias a día de hoy.
¿Y qué diantres haces con los niños?
Es verdad ¿Cómo apañárselas una familia con ambos padres trabajando para guardar a unos niños que tienen muchas más vacaciones que los padres?

Hoy en día no se puede traumatizar a los niños
Otra cosa con la que estoy muy de acuerdo. Ahora los críos son de porcelana. Es cierto que hay muchas cosas que se hacían hace tiempo que no son educativas objetivamente hablando… pero es que para no traumatizarlos los estamos volviendo gilipollas. No se les castiga, no se les para los pies, todo está bien. Y así estamos criando a una generación de críos consentidos con tolerancia a la frustración cero.

En contra
Tener un hijo supone dejarse de divertir
Tal y como lo explica parece que su concepto de diversión es drogarse a todas horas y estar pedo continuamente. Obviamente, eso no podemos hacerlo. Pero es que sin hijos y con dos dedos de frente, con cuarenta años tampoco deberíamos hacerlo. Más que nada porque ir a trabajar con una resaca del quince o emporrado hasta las cejas tampoco creo que sea la mejor de las opciones.

Yo tengo hijos y no creo que no me divierta. Lógicamente me he tenido que adaptar, pero vamos, de vez en cuando dejamos a la niña con mi madre y nos vamos por ahí los dos, o salimos por turnos para seguir saliendo como lo hacíamos antes. Y hemos ganado una forma de diversión que antes no teníamos que es jugar con ella. Yo no lo digo por quedar bien. Con mi hija me lo paso bien, qué narices. Es divertido jugar con ella.
No es divertido no poder dormir hasta las mil, que es una de las renuncias. Eso sí que lo echo de menos. Pero me parece una afirmación radical el "dejar de divertirse".

Escuchar a los niños es un coñazo
Pues no, a mí no me lo parece. Me parece divertido oír sus razonamientos y aprender cómo se aprende. No me gusta hablarle como una idiota, y no lo hago porque esté escrito en ningún sitio, es porque creo que es lo que tengo que hacer. Disfruto viendo los progresos de mi hija. No es para mí ningún tipo de sacrificio.
"Lo peor es que el niño está aquí para impedirte disfrutar. Es su cara oculta"
Obviamente frases como esta me parecen la repanocha. Como si los críos no tuvieran otra cosa mejor que hacer que dedicarse a joder la vida de los adultos…

Mantener ocupado a un niño es un quebradero de cabeza
Pues depende de cómo te lo plantees. Si ves al niño como tu enemigo y como una obligación que no te reporta ningún tipo de satisfacciones, obviamente lo es. Pero aunque sí que hay veces que no sabes qué diantres hacer con él, otras muchas disfrutas como una loca con ellos y te lo pasas bomba haciendo ¿nada?.
Ir a los sitios a donde hay que ir: Disneylandia, McDonalds…
Bueno… a unos te apetece más que a otros, realmente… pero ¡es tan genial verlos tan emocionados! Y, así entre nosotros, para algunos de los sitios ¡son la excusa perfecta para ir a sitios donde se supone que no deberías querer ir por tu edad!

Las familias son un espanto
En todas cuecen habas, pero yo no me quejo de la mía…
"Tener un hijo en un país civilizado es un acto incívico"
Me parece demagogia pura y dura. Qué queréis que os diga.


Valorando…

Creo que es un libro que te hace reflexionar. ¿Apocalíptico? Un rato largo. Habréis visto que en muchísimas de las cosas, y en realidad, en casi todo el fondo, estoy bastante de acuerdo. Y eso que me he dejado un montón de afirmaciones… Casi nada de lo que dice me parece suficiente como para no tener hijos.
Es más: NADA. Me parece suficiente para no tener hijos DE MANERA INCONSCIENTE Y PORQUE TOCA. Nada de lo que dice me pilla por sorpresa; todo eso lo sabía yo ya cuando me decidí a procrear. ¿Dónde está la novedad? Ah, sí, en que lo dice de una manera en que parece que insulta. ¿Pero está descubriendo América? Para nada.

Hoy en día existen los métodos suficientes como para poder decidir cuando se tienen los hijos y si se quiere ser madre o no. Yo soy madre. Estoy encantada de serlo y volvería a ciegas a tener a mi hija. Pero igualmente reclamo el derecho de las mujeres a no tener hijos si no les da la gana. Se me llevan los demonios cuando oigo la consabida frase de "¿y los niños cuando?" (hecha, generalmente dicho sea de paso, por hombres y por mujeres de edad, casi nunca por mujeres en edad de tener niños) porque me parece una intromisión en la vida privada de las personas. Se hace con una ligereza que me da escalofríos. Puede pasar que la chica en cuestión por lo que sea quiera ser madre y no pueda, con el drama que eso supone… hurgar en esa herida innecesariamente es hacer daño de la manera más idiota. Y segundo ¿por qué diablos en el caso de que sí que pueda tiene que estar dando explicaciones a la vecina del quinto de su decisión vital de no tenerlos?. Es que me parece alucinante, de verdad.
Conozco mujeres que no tienen hijos porque no les da la gana, y a mí me parece tan estupendo como la que quiere tener familia numerosa. ¿Quién narices soy yo para opinar? Porque todo el mundo opina. Si no tienes, porque no tienes, si tienes uno porque fíjese usted, hijo único y si tienes más de dos, que familia numerosa, vaya locura en los tiempos que corren ¡déjennos en paz!

Tener hijos y el número que decidamos tener las familias siempre es una opción, no una obligación
Si no te gustan los niños, no los tengas. Si no tienes ganas de hacer ciertas renuncias, no los tengas. Si no ves satisfacciones que compensen el cambio en el estilo de vida que vas a tener que hacer, no los tengas. Si valoras tu independencia por encima de todo, no los tengas. Si tienes dudas de si vas a poder progresar en el trabajo y eso es algo realmente importante, no los tengas. Es tan sencillo como tener dos dedos de frente y utilizar los métodos anticonceptivos, que para eso están. Tirantes y cinturón, si no te fías. Por si acaso uno falla. ¿Dónde está el problema? No eres ni mejor, ni peor persona. Eres simplemente alguien que ha elegido. Y ya está.

Y si los quieres tener de verdad, que las razones que da Corinne Maier, que sean simplemente cosas a tener en cuenta. Toma la parte de verdad que tiene, deja las demagogias y brutalidades a un lado y haz caso de las cosas que dice con sentido común, que las hay y muchas. No intentes convertirte en una supermami. Si a estas alturas tu pareja no coge una escoba ni aunque lo maten, todavía estás a tiempo: si él también mancha, él también recoge. Si los dos trabajáis fuera de casa, los dos trabajáis dentro. O te pones las pilas, o cuando seas madre morirás de agotamiento. O no lo hagas, pero sé consciente de lo que te espera. Tú misma. Plantéate qué tipo de madre quieres ser. ¿Qué quieres estar con tu hijo a todas horas? Perfecto. Hay gente que lo hace y es super feliz y tengo ejemplos a mi alrededor que así lo certifican. Yo me moriría… necesito mi espacio, mi ocio aparte de mi hija y es una opción. Es posible. ¡Claro que sí! ¡Claro que te puedes divertir! ¡Claro que puedes tener amigos! ¡Claro que puedes hablar de otras cosas! Es todo cuestión de proponérselo…
Simplemente es que las cosas no caen del cielo. Es mucho mejor pensar cómo quieres que afrontar la maternidad que dejarnos llevar y meternos en espirales de las que luego es difícil salir. Al menos, es mi humilde consejo.

La maternidad puede ser maravillosa… o puede ser un infierno. Todo depende de cómo lo vivamos. Nada más.

Recomendando…

Mmmm si costara menos lo recomendaría más alegremente, pero los 15 euros del ala que cuesta echan un poco para atrás, sinceramente. ¡Salen del alma! Me parece un libro muy interesante, pero sólo lo recomiendo si tenéis la mente abierta. En el caso de que seáis muy susceptibles ni os molestéis… no os va a gustar.

Retrato en Sangre - John Katzenbach


Ya habréis notado que soy un pelín obsesiva… cuando un autor me gusta, y me gusta al nivel de Katzenbach, no puedo evitar comprarme un libro suyo tras otro. Hasta la fecha todo lo que he leído suyo me había gustado mucho; unos más y otros menos, como es lógico, pero el balance general era muy positivo. Lo más destacable de los tres libros que había leído hasta el momento es que eran tremendamente entretenidos y que no podía apartar mi vista de ellos hasta haberlos devorado… hasta que con la iglesia hemos topado. Con Retrato en Sangre hemos pinchado en hueso. Se me ha hecho aburrido, lento y pesado hasta decir basta. Si lo he terminado ha sido por empecinamiento, nada más.
Pues vaya…


FICHA TÉCNICA

Título: Retrato en sangre
Autor: John Katzenbach
Editorial: Zeta de bolsillo
Número de páginas: 640
Encuadernación: bolsillo
Precio: 9.50 en FNAC, 10.00 euros precio de editor.



ARGUMENTO
Mercedes Barren es una detective viuda y sin hijos. Por eso no comprende a qué viene esa llamada vacilante a altas horas de la noche. Un asesino ha matado a su sobrina Susan, una estudiante de universidad. Esto la dejará henchida de dolor y no puede parar hasta dar con su asesino. Cuando lo capturan sin embargo hay algo, una corazonada, que le impide creer que realmente él ha sido el causante de su muerte. Sus compañeros lo achacan a su estado de ánimo, lógicamente por los suelos. Pero ella sabe que hay algo más.

Paralelamente Douglas Jeffers, hermano de un psiquiatra emprende un raro viaje con una jovencita a la que ha secuestrado a la que llama Boswell. Sus propósitos, sólo él lo sabe, pero desde luego nada bueno.
Los destinos de Martin Jeffers, su hermano y de la detective Barren quedarán unidos en una frenética búsqueda a ciegas.


MI PERCEPCIÓN

ABURRIDO. Creo que es el primer libro de Katzenbach que me ha parecido aburrido a rabiar. ¡Menudo tostón!
No sé muy bien por qué pasa esto. Realmente la historia no debería resultar tan aburrida porque al fin y al cabo habla de un asesino en serie que para más inri tiene a una rehén. Deberíamos sentirnos implicados en la búsqueda, deberíamos tener ganas de que los cogieran, tener prisa por que esto sucediera y que pasara de la manera más rápida posible. No es que no queramos que esto suceda. Obviamente todavía no tengo el corazón tan helado como para desear, aunque sea en una novela que gane alguien tan malo como lo es el asesino.

Yo creo que el principal problema reside en que los buenos son mortalmente aburridos y poco interesantes. Son personas sin ningún tipo de carisma, sin absolutamente ningún tipo de interés para el lector, grises y planas. Vamos, que lo último que haces es conectar con ellos. Tienes lástima por ellos, pero una lástima poco implicada. Es un "bueno vale, sois buena gente, capturad al malo, os lo habéis ganado, pero ¿es necesario que me lo contéis?".
De todos los personajes el único que mueve un poco a la compasión real es la rehén, por la que ciertamente sí que se sufre de veras. Pero todo el contexto que la rodea es tan soberanamente soporífero que consigue matar el interés que despierta esta historia (y ya tiene mérito). Dan ganas de ir corriendo a la última página para asegurarte de que a la pobre le espera un final decente para ahorrarte todo la historia intermedia y abandonar la lectura a medias. Eso sí, con la conciencia tranquila.

El estilo narrativo es el habitual de Katzenbach… una prosa ágil y fácil de leer, muy periodístico y bastante rápido. IMAGINAD cómo tiene que ser la cosa para que aún así y con todo se haga lento y pesado. Yo me atascaba, no progresaba ni a la de tres. No consigue mantener el suspense, no remata los personajes y la extensión, excesiva a todas luces se hace muy cuesta arriba.
Me encanta el género. Me encanta el autor. Me encantan ese tipo de argumentos.

Y sin embargo me he aburrido como una ostra.

RECOMENDACIÓN
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

¡¡¡No tiréis el dinero!!! ¡¡¡Es un pestiño aburridísimo!!! En serio. Os lo dice una con síndrome de Estocolmo con Katzenbach, dispuesta a leerme hasta las oraciones que lee a su hijos por las noches. Que no, que es un rollo. Infumable. Yo tengo un ejemplar, si alguien insiste se lo regalo. Palabrita. Pero no tiréis 10 euros, que ya lo hice yo.
P.D. No me extiendo más porque para qué... ¿Os ha quedado claro? ES UN COÑAZOOOOOOOOOOOOO


Sabrina: 1 - El mundo: 0, Rebeca Rus


Vale. Se acabó. Paren los rotativos. He llegado a mi punto de saturación máximo con el 'chick lit'. Este género literario está en crisis y va abocado al desastre a menos que alguien le ponga remedio. A este paso se tendrá que crear una comisión reguladora de 'chick lit' para decidir qué libros salen al mercado y qué no, porque esto está adquiriendo tintes caóticos. Siempre he sido una defensora a ultranza de este género y, desde que pasé a formar parte del segmento de mercado al cual van dirigidas las novelas que engloba, he sido una consumidora en potencia de libros de este estilo. Pero todo tiene un límite, y yo he llegado al mío.

Para resumir 'grosso modo' en qué consiste el 'chick lit', se podría definir como un género literario escrito por y para chicas en la veintena o en la treintena cuyas novelas abordan la vida de chicas en esa misma franja de edad que buscan el éxito profesional, el amor y el reconocimiento social. La particularidad y elemento principal de estas novelas es que estas heroínas modernas son personajes con los cuales es muy fácil identificarse porque son muy reales, cometen miles de errores y sus metidas de pata están tratadas con mucho humor. Siempre recurro al mismo ejemplo para ilustrar mi descripción: "El diario de Bridget Jones" fue uno de los pistoletazos de salida. El 'chick lit original' responde a los patrones citados. Luego vinieron las 'pervertidoras' del género que se dedicaron a copiar el esquema pero cambiando a las protagonistas, que pasaron de ser los adorables 'walking disasters' [desastres con patas] originales a pijas y ricachonas que rompían por completo la esencia del género.

Es aquí cuando la cosa empezó a degenerar ya que los libros 'chick lit' empezaron a proliferar como setas: era un género en auge, que tenía éxito y que respondía a unos esquemas muy concretos, lo cual propició que muchas autoras se apuntaran al carro pensando que escribir un libro del género era cosa de niños. Hace ya tiempo que empecé a observar una bajada en la calidad de estos libros por culpa de: a) Las autoras pervertidoras del género b) Las autoras copionas que, encima, copian mal c) Las autoras 'Voy a sacarme un dinerillo escribiendo un 'chick lit' de esos que está chupado' y d) Las autoras españolas que quieren ser Sophie Kinsella en versión autóctona. [Sophie Kinsella es una de la reinas anglosajonas del género]. Pues bien: yo soy un animal de costumbres y tengo la virtud de tropezar en la misma piedra no dos veces sino diez. Así que, a pesar de haber dicho muchas veces: "No voy a leer más 'chick lit' por una temporada", siempre acabo reincidiendo. Pero hasta aquí hemos llegado.


CHICK LIT A LA ESPAÑOLA

El 'chick lit' es un género original de autoras anglosajonas. Con el tiempo las barreras se han caído y se ha internacionalizado. En España también tenemos 'chick lit' nacional que intenta hacerse su hueco. Por norma general suelo desconfiar del 'chick lit' autóctono. Muchas veces pasa que despreciamos lo propio y admiramos lo ajeno. En este caso no es porque crea que lo de fuera es mejor, sino que mi recelo responde a una cuestión de saber hacer. El 90% de libros de este género son de autoras anglosajonas y sus historias están localizadas mayoritariamente en Londres, Nueva York, Manhattan y localidades similares. La caracterización de las protagonistas suele tener rasgos y costumbres típicas de los países en los que se desarrolla la acción, lo que provoca que, para el lector español, sea difícil identificarse con eso aunque no es nada insalvable.

Lo que pasa cuando hacen 'chick lit a la española' es que pretenden emular a las autoras anglosajonas pero eliminando todo rasgo extranjero y plagando el libro de clichés españoles. Y les sale mal porque se ve forzado, lleno de tópicos y te da la sensación de estar leyendo un "quiero y no puedo". Quieren españolizar tanto el libro que acaba siendo una parodia de los libros extranjeros cuando lo que pretende es ser un equivalente. He leído bastantes libros de "chick lit a la española" y, por lo general, no me han convencido. Y no es que no me identifique con una protagonista que va a Zara, viaja en el metro, ve "TeleCinco" y compra en Carrefour: es que con eso no es suficiente para tener una buena historia. Sin ir más lejos, uno de los personajes más perfectos que ha dado el 'chick lit' es (en mi opinión) Emma Corrigan, protagonista de "No te lo vas a creer", la mejor novela de Sophie Kinsella. A pesar de ser 'extranjera', es totalmente internacional, creíble y cercana. Además, tiene todos los elementos del chick lit más puro: es una Bridget Jones en versión veinteañera.

SABRINA: 1 EL MUNDO: 0

"Sabrina: 1 El mundo: 0" es un libro de 'chick lit' a la española. Tuve muchos reparos en comprarlo. Hace poquísimo que ha salido a la venta pero yo ya lo había visto publicitado. El gancho que usan para promocionarlo es, precisamente, el hecho de ser 'chick lit' español. No faltan los símiles comparativos con Bridget Jones, Sexo en Nueva York y demás obras conocidas del género (también conocido como "literatura para chicas"). Ya la portada llama la atención porque es de un rosa chillón que se ve a distancia y tiene un dibujo moderno con una chica en la portada (típico de estos libros). En todas partes hacen especial hincapié en que es 'chick lit' a la española y que se aleja de los estereotipos anglosajones de los que muchas veces pecan estas novelas.

Está publicada bajo el sello de 'Esencia Editorial', que ha sacado toda una cartera de libros de este género y ha decidido incluir también a autoras españolas para dar apoyo al 'chick lit' autóctono. Según dicen, quieren que se superen los prejuicios que tenemos nosotros mismos hacia las novelas de este género escritas por españolas. Yo no sólo no los he superado sino que los he acrecentado. A partir de ahora huiré del 'chick lit' español como de un tiburón hambriento. Le he dado muchas oportunidades y me he encontrado con auténticos sopores. El símil con 'Bridget Jones' es un recurso muy trillado para vender un libro de este género. No os dejéis engañar: no todo lo que lleva el sello Jones es bueno.

"Sabrina: 1 el mundo: 0" es un libro que te venden como la promesa de oro de la literatura 'chick lit' española: el libro que se convertirá en la Biblia de dicho género 'made in Spain'. La novela prodigio. El 'no va más'. Pues bien: para los que estéis leyendo esta opinión en busca de información sobre si comprar la novela o no, debo decir que hablo desde mi experiencia personal y, por lo visto, voy al revés de todo el mundo porque parece que ha hecho las delicias de las lectoras españolas ávidas de 'chick lit' de chicas Zara. Si sois lectoras habituales del género, no hace falta que leáis este libro porque ya lo habéis leído. Si sois lectoras ocasionales y no sois muy exigentes puede que os guste. O puede que, independientemente del grupo al que pertenezcáis, simplemente os encante.

* ¿De qué va el libro?

La novela cuentas las peripecias de Sabrina, una chica de 26 años que trabaja como creativa en una agencia de publicidad. Comparte piso con dos chicas, es adicta a comprar en Zara, llega a fin de mes con números rojos en el banco y se siente frustrada tanto en el tema personal como profesional porque tiene la sensación de que su vida no va a ninguna parte. Un buen día decide ponerse las pilas y ser la número uno en su trabajo, pero es perezosa y le pasa lo que a mucha gente: tiene la vocación pero no la voluntad. Un golpe de azar creativo hace que saboree las mieles del éxito pero todo se queda en un espejismo que le da un bofetón de realidad y la vuelve a desilusionar con su trabajo. Mientras se entera de 'tejemanejes' de oficina, puñaladas traperas laborales y corrupciones de altas esferas del poder, intentará encontrar al amor de su vida, prosperar y llegar a algún sitio que valga la pena.

* ¿Tiene los elementos que debe tener toda novela 'chick lit' que se precie?

Sí, por supuesto. Veamos… tenemos a una protagonista entre los veinte y los treinta, que está confusa y no sabe qué hacer con su vida, se nos presenta como la típica vecina del quinto, es un desastre con patas, nada le sale bien, etc. También está el tema del trabajo (la protagonista no se siente satisfecha ni realizada, aspira al reconocimiento profesional, quiere llegar a alguna parte, superarse a sí misma, llegar a lo más alto, ser la mejor y todo eso). Por supuesto también está el tema del amor (o la falta de él): una protagonista sin novio, soñadora, romántica, idealista, que busca a su príncipe encantado. ¿Tenemos al jefe tío bueno? Lo tenemos. ¿Tenemos a la mamá pesada que cree que su hija no hace lo correcto? La tenemos. ¿Tenemos a las amigas de personalidades variopintas? Sí. ¿Tenemos humor? Sí. La lista de la compra con los ingredientes necesarios está hecha. Otra cosa es saber cocinar el plato.

Pero… si tiene los elementos correctos, ¿dónde está el problema?

* La novela está repleta de tópicos, pero españolizados. Es el problema que tienen estas 'chick lit' a la española, que para demostrar que son españolas tienen que sacar todo el repertorio 'typical Spanish' y meterlo sea como sea. Zara, "Bar Manolo", Mango, Paseo de la Castellana, patatas bravas, Anita Obregón, TeleCinco, revista Cuore, Carrefour, Día... Es como si te quisieran decir: "¿ves como soy una novela española?". Es decir: cogen todos los tópicos de las novelas anglosajonas y los españolizan. El problema es que las anglosajonas no quieren demostrar nada y, si sale a colación un elemento o costumbre de allí, sale de forma natural y espontánea. Aquí, en su empeño por demostrar que la novela es 'chick lit a la española', atiborran la historia con elementos patrios y acaba por cansar.

* Otro problema (el más importante): el gancho (en este caso, la falta de él) Es un libro que no engancha. El punto de partida es simplón (típico de estas novelas, para qué nos vamos a engañar) aunque eso no es nada malo. Casi todas parten de la misma base, lo interesante es ver cómo se desarrollan. En este caso, la idea es buena, los personajes abarcan todo el repertorio de personalidades, la prosa de la autora es ágil, hace descripciones de la vida real muy acertadas (hay una escena de supermercado muy divertida) pero la historia no engancha (por lo menos, a mí no). Si a eso sumamos que ya la has leído y visto 1000 veces, pierde toda la motivación que aún pudiera tener. Otro problema es que el libro es demasiado largo (524 páginas). Es un problema que tienen muchas novelas: son buenas pero son tan largas que acaban haciéndose pesadas. Este libro, más corto, habría ganado puntos. Es que se tira 200 páginas para contarte que la protagonista está quemada con su trabajo y que, de golpe y porrazo, se plantea realizarse y ser la mejor. Yo pasaba las páginas con mucho esfuerzo y eso es lo peor que me puede pasar al leer un libro.

* Por otra parte, la protagonista de este libro es una borracha, otro recurso trilladísimo del que abusan muchas autoras. Pero no es que trate el tema del alcoholismo. No: es que la tía simplemente es de la generación 'juventudes borrachuzas' cuyo lema es: "No sin mi botella". Ha tenido un mal día, bebe. Va a una fiesta de empresa, cogorza al canto. Fiesta en casa con sus amigas, cebollón que se pilla. Sale a cenar con sus colegas, borracha perdida. Cena en un restaurante pijo: espectáculo con sus amigas en plan 'ay tía que cuando bebo no tengo vergüenza ni dignidad'. Eso puede dar para una escena más o menos divertida (vuelvo a citar a Emma Corrigan otra vez: en el caso de esa novela el punto de partida es una pequeña cogorza pero tratada de un modo muy certero), pero cuando la tía y sus amigas se pasan la mitad del libro borrachas perdidas, la cosa carga. Si es que hay veces en las que las páginas huelen a alcohol antes de que éste haga acto de presencia. Los personajes no provocan mucha empatía.

* El final es típico también de estos libros (aunque no molesta porque ya sabes a lo que vas). La historia es un viaje por la vida de Sabrina que irá creciendo, madurando, descubriéndose a sí misma mientras mete la pata y viendo el lado feo y amable de la vida. Un proceso de aprendizaje vital y búsqueda de uno mismo. Vamos: lo de siempre (que no es malo; cuando lees una novela de estas lo que buscas es eso). En definitiva es un copia, pega, traduce y aliña con salsa española de otras autoras. A estas alturas del partido es muy difícil dar el pelotazo y hacer algo distinto que rompa moldes (aunque Emily Giffin lo consiguió en "A prueba de bomba"). Aún y así, se pueden hacer cosas divertidas. El trabajo de documentación está muy bien hecho: más que nada es que la autora trabajó como creativa en una empresa de publicidad, de modo que conoce al dedillo todo lo que se cuece por allí. Pero el libro es más de lo mismo de lo de siempre.

¿RECOMENDADA?

A ver: si sois lectores habituales de este género y habéis leído muchas novelas, no hace falta que leáis este libro porque ya lo habéis leído. Tiene los tópicos que ya hemos visto, recurre a los clichés típicos del género, etc. ¿Es malo? Malo no es. Cuando pienso en 'chick lit' malo se me vienen otros títulos a la cabeza. Pero a mí no me ha parecido nada del otro mundo porque he leído muchísimo 'chick lit' y no he encontrado nada innovador ni diferente en este libro. No lo defino como bueno tampoco. Los que sean lectores ocasionales es posible que lo disfruten, pero yo ya no puedo más con tanto 'chick lit' en el mercado: es como estar leyendo la misma historia una y otra vez pero con diferentes personajes de diferentes vidas.

No me ha enganchado y su lectura no se me ha hecho ligera y amena sino lenta y pesada. Como ya he dicho, es un libro demasiado largo que no tiene un argumento con ritmo que haga que la historia avance por sí sola. Se me hizo bastante lento y pesado. Es la primera novela de esta autora y se nota: tiene las ideas, pero no las sabe desarrollar. Ni lo recomiendo ni lo dejo de recomendar: prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones y decida si le interesa o no. Pero yo, si tuviera que aconsejar a alguien que quisiera leer 'chick lit' y me pidiera consejo, le recomendaría otros títulos. Le doy dos etrellas aunque "malo" no me parece. Simplemente es uno más.

DATOS EDITORIALES

Título: "Sabrina: 1 - El mundo: 0"
Autora: Rebeca Rus
Editorial: Planeta
Colección: Esencia
Año de publicación: 2008
Nº de páginas: 525
ISBN: 978-84-08-07612-4
Precio: 16 €

Secretos Peligrosos (Tell me no secrets), Joy Fielding


Éste es uno de los libros que, en caso de tener que hacer una lista de mis novelas favoritas, ocuparía sin lugar a dudas un sitio preferente. La temática de las novelas que leo suele estar (casi siempre) entre el chick-lit [novela femenina] y la novela negra. "Secretos Peligrosos" se engloba dentro del género de la novela de suspense protagonizada por mujeres en peligro; algo que, particularmente, me gusta mucho. De todas las novelas del género que he leído, ésta está sin ningún tipo de duda en lo más alto de mi escala de satisfacción. La leí hace unos tres años en la biblioteca pública de mi ciudad y me gustó tanto que decidí comprarla. La tengo en inglés (la encontré tirada de precio) y en español y en ambos idiomas me ha parecido una novela sublime. La he vuelto a leer hace poco y la he disfrutado tanto como la primera vez así que no puedo menos que recomendárosla.


Información editorial importante

Antes de empezar a hablar del libro quiero hacer una aclaración importante por si alguien decide que quiere leerlo ya que no es un libro fácil de encontrar. Esta novela fue escrita en 1993 por Joy Fielding y lleva por título original Tell me no secrets. En España se tradujo bajo el título Secretos peligrosos. Actualmente es muy difícil de encontrar en nuestro idioma ya que parece ser que está descatalogada. He estado buscando en Internet por si alguien decide comprarla y he visto que algunas librerías online la tienen en su catálogo; lo que no sé es si la tienen en stock o no.

El problema añadido con el que os encontraréis si queréis comprar este libro será que, por obra y gracia de las magníficas mentes pensantes que traducen los títulos en nuestro país, hay otra novela del año 2006 de la misma autora traducida con el mismo título (Secretos peligrosos). La novela lleva por título original "Mad River Road" y, al traducir el título a nuestro idioma, no tuvieron en cuenta que ya había una novela anterior de esa autora traducida con ese título. Así que, si vais a una librería y pedís "Secretos Peligrosos de Joy Fielding", os darán la que se corresponde a "Mad River Road" (que no es de la que yo hablo en esta opinión).

Si queréis comprar "Secretos Peligrosos (Tell me no secrets)" en inglés no tendréis ningún problema porque muchas librerías extranjeras la tienen en stock a precios muy bajos. Yo compré la versión original en Amazon y no tuve ningún problema; había muchos ejemplares disponibles y a precios muy asequibles. La versión en español la tuve que comprar por Internet a un particular y la encontré después de mucho buscar. Si queréis comprarla en español, os dejo los ISBN (lo que vendrían a ser los carnés de identidad de los libros) que se corresponden a la novela a la que yo hago referencia.

(Cuando busquéis el libro, hacedlo con alguno de los siguiente ISBN o aseguraros de que el título original es "Tell me no secrets")
Círculo de lectores: ISBN (13): 978-84-226-5017-1 - ISBN (10):84-226-5017-7
Editorial Planeta: ISBN (13): 978-84-08-01063-0 - ISBN (10):84-08-01063-8
Editorial Planeta (1997): ISBN (13): 978-84-08-01598-7 - ISBN (10):84-08-01598-2

[ Después de este inciso referente a los datos técnicos, paso a desmenuzar el libro ]

LA AUTORA Y SU ESTILO

La autora de esta novela es Joy Fielding, toda una dama de la literatura de suspense. Evidentemente, a lo largo del tiempo han ido surgiendo muchas autoras consideradas "reinas" del género y seguro que si os gusta este tipo de literatura los dos nombres que se os vendrán primero a la cabeza serán Agatha Christie y Mary Higgins Clark. Pues Joy Fielding es una digna sucesora de ambas y muchos críticos en su país ya la consideran la rival más directa de Mary Higgins Clark porque su estilo literario y narrativo sigue esquemas muy paralelos y realmente es muy fácil establecer una conexión entre ambas. Si os gusta una, probablemente también os gustará la otra. Particularmente creo que Joy Fielding es la reina del suspense anglosajón. Novelas como "Secretos peligrosos" o "¡Huye, Jane, huye!" son claros ejemplos de por qué merece ostentar este título.

Lo de escribir le viene a Joy desde la infancia ya que, siendo aún muy pequeña, escribió una historia de crímenes sangrientos que dejó preocupados a sus progenitores. Llegó al mundo literario como tantos otros autores de éxito: después de haber sido rechazada en numerosas ocasiones. Su estilo narrativo es muy fluido y muy característico: es su sello de identidad que estampa en cada una de sus novelas. Es una autora que crea personajes increíblemente reales y dotados de muchísimos matices. Cada uno de ellos tiene una personalidad muy interesante y cargada de un bagaje emocional que se transmite al lector desde el principio hasta el final. Ese es, precisamente, uno de sus puntos fuertes: la complexión de sus personajes está definida de forma muy minuciosa para que el lector tenga a su disposición toda la información necesaria de la vida de éstos.

La manera que tiene de narrar los hechos es lo que hace que sus novelas sean auténticos page turners (expresión anglosajona usada para describir los libros que se leen de un tirón). Hasta cuando narra cosas tan rutinarias y comunes como el hecho de llegar a casa, darse un baño y prepararse la cena la historia sigue siendo interesante porque lo cuenta de una manera que hace que te sumerjas de lleno en la novela. Se nota que es una autora que dedica mucho tiempo a definir y dibujar a sus personajes, que los conoce perfectamente y que los dota de una personalidad que los acerca al lector hasta quedar ambos en el mismo plano. Según la propia Joy, saca sus ideas del mundo que la rodea: para ella, cada persona que conoce es un personaje en potencia y cada lugar un posible marco para encuadrar las historias de sus libros. Su estilo narrativo hace que sus novelas se lean de una sentada y no se hagan pesadas en ningún momento.

SINOPSIS

Jess Koster es una mujer que trabaja como fiscal del distrito de Illinois, en Chicago. Es muy inteligente y tenaz, y es capaz de enfrentarse a los casos más duros sin perder nunca la serenidad y la profesionalidad. Es una joven que vive sola en su piso, con la única compañía de Fred, su canario. Acaba de superar un divorcio tormentoso y vive volcada en su trabajo, que le sirve para olvidar todo el caos que hay en su vida. Jess es una mujer muy metódica, ordenada y perfeccionista, que necesita tener el control absoluto sobre todos los aspectos de su vida. Le encanta ser independiente, no quiere atarse emocionalmente a nadie, y le gusta llevar el timón de su propia vida. Aunque, en realidad, bajo todo este control y toda esa anhelada perfección, lo cierto es que en la vida de Jess reina bastante el caos y el descontrol interior.

Vive atormentada por la culpabilidad de la misteriosa desaparición de su madre hace 8 años cuando, después de una discusión, la mujer desapareció y nunca más volvieron a saber nada de ella. Aunque el padre de Jess ('''Art Koster''') y su hermana mayor ('''Maureen Koster''') han seguido adelante con su vida, dando por hecho que su madre murió, Jess no puede olvidarla y se sigue atormentando, pensando que ella fue la causante de su desaparición. Jess sufre ataques de pánico incontrolables que empezaron, precisamente, cuando desapareció su madre. La madre de Jess nunca vio con buenos ojos el matrimonio de esta con Don, un hombre 11 años mayor que ella, también abogado, con el que se casó en su primer año en la facultad de derecho. Su madre le decía que esperara a terminar la carrera, que Don no le dejaría espacio para crecer, pero Jess hizo caso omiso y se casó con él. Aunque no pararon de hacerse daño mutuamente, después del divorcio han conseguido tener una relación cordial.

La hermana mayor de Jess, Maureen, estudió también una carrera universitaria de la que se graduó con muy buena nota. Tenía todo un futuro profesional muy prometedor por delante, pero en lugar de dedicarse a ello, dejó su profesión para casarse con Barry, con quien tiene un hijo (Tyler) y dos mellizas. Maureen vive entregada al cuidado de sus hijos y de su marido, a quien Jess no soporta, pues cree que ha anulado totalmente a su hermana convirtiéndola en la "superesposa" perfecta que vive supeditada a su marido y al cuidado de la casa. Jess no para de reprocharles a su hermana y a su cuñado, que Maureen dejara todo aquello por lo que había luchado para dedicarse en cuerpo y alma a ser el ama de casa, la madre y la esposa perfecta. De algún modo, Jess ve en Maureen todo lo que ella odia y no quiere ser. Las discusiones de Jess con Barry son constantes, lo cual hace que Jess no vaya mucho por la casa de su hermana a ver sus sobrinos, pues siempre acaba peleándose con su cuñado.
La vida de Jess se derrumba todavía más cuando le anuncian que su padre, Art Koster, ha conocido a Sherry, una mujer divorciada, madre de tres hijos ya mayores, y que ha rehecho su vida con ella. Jess siente como si su padre hubiese dado por muerta a su madre, pues Jess, en el fondo, tiene la esperanza de que su madre, algún día, volverá. Para refugiarse de todo este caos emocional, Jess vive sumida de lleno en los casos que tiene entre manos. Uno es el de la madre de familia Connie DeVuono, una mujer que fue salvajemente violada y apaleada por Rick Ferguson, que la tiene amenazada con matarla si declara contra él. Jess es la fiscal encargada de acusar a Rick e intentar que pague por lo que ha hecho, aunque no tiene pruebas fehacientes contra él. El problema es aún mayor debido a que su exmarido Don, es el abogado defensor de Rick. Ambos intentarán mantener la profesionalidad por encima de todo, pero es muy difícil hacerlo cuando hay sentimientos de por medio.

Un día, Connie DeVuono desaparece, y todos los esfuerzos de Jess se centrarán en demostrar que Rick Fergusson es su asesino. Por si fuera poco, Jess empieza a recibir inquietantes amenazas y sabe que sólo pueden venir de una persona: Rick. Jess no estará tranquila hasta meterlo entre rejas y sabe que, con un abogado tan bueno como su exmarido, no lo tendrá fácil. Mientras tanto, sumida en este caos, conoce a Adam, un chico con el que trabará amistad y del que se enamorará sin darse cuenta y sin querer aceptarlo. Las cosas se irán complicando poco a poco para Jess, que se verá envuelta en una rueda de misterios que tendrá que ir resolviendo poco a poco para hacer prevaler la justicia en los casos que defiende, para poder hacer las paces consigo misma, descubrir quién la está amenazando y, lo que es más importante, reconciliarse con su pasado y descubrir qué es lo que sucedió en realidad.

DESARROLLO DE LA HISTORIA

Gracias a un estilo narrativo muy ameno, la historia se desarrolla de manera muy fluida con una concatenación de los acontecimientos dotada de un ritmo muy ágil. Ya desde el primer momento la historia atrapa de lleno porque ya empieza con la protagonista viéndose amenazada por peligros constantes. Jess es el personaje y eje principal del libro alrededor del cual se desarrolla toda la acción y que sirve de nexo de unión con todos los demás personajes. Es un personaje muy complejo con una historia personal que justifica su manera de ser y de comportarse. El lector es partícipe de sus miedos, sentimientos y emociones en todo momento porque la narración está hecha desde una vertiente muy detallada, minuciosa y realista que da al lector la sensación de estar viendo una película. La inmersión dentro de la historia se produce ya en la primera página. Es una novela de las que enganchan y realmente arrastran al lector hacia la dimensión de papel en la que se desarrolla todo. Cada personaje está perfectamente definido y aporta su parte fundamental dentro de la historia.

Es una novela que toca varios temas a través del personaje de Jess: por un lado tenemos una historia relacionada con un sistema judicial con múltiples carencias y flaquezas del cual Jess forma parte y al cual tiene que enfrentarse. Lo interesante es ver cómo la verdad es siempre subjetiva y cómo el espejo tiene dos caras. La culpabilidad o no de Rick Ferguson (personaje al que Jess persigue judicialmente) no se nos desvela hasta el final de la novela y durante el desarrollo de ella vamos siendo testigos directos de los juicios. En ningún momento se nos decanta la balanza hacia ninguno de los dos lados: el lector va sacando sus propias conclusiones en función de los argumentos que aporta cada uno de los personajes y hay momentos en los que realmente llegas a dudar de si es culpable o no a pesar de que todo apunta que sí. Somo testigos da la desesperación de Jess por no poder aportar pruebas válidas que relacionen al acusado con los hechos acontecidos y ver cómo éste queda libre; a pesar de tener el convencimiento total de que es culpable, sabe que sin pruebas no se puede acusar a nadie. Eso es un claro reflejo de lo que pasa en la vida real y de por qué muchas veces el sistema judicial nos parece, curiosamente, injusto.

Por otro lado tenemos la vida personal de Jess: las malas relaciones con algunos miembros de su familia, la ansiedad que sufre por vivir atormentada por su pasado, la constante sensación de caos en su vida, el intento por estabilizar su vida plasmado en el perfeccionismo con el que se lo toma todo, etc. Lo que pasó con su madre no se nos desvela hasta el final de la novela: sabemos que desapareció y que Jess se siente culpable por ello (motivo por el cual no puede seguir adelante con su vida). A lo largo del libro, se nos va dejando caer información a cuenta gotas a modo de flashbacks que nos dan posibles pistas de lo que pudo haber pasado. El personaje de Jess es muy real (como todos los demás) y está muy trabajado: es a la vez una mujer frágil y llena de inseguridades pero fuerte cuando se trata de luchar por aquello en lo que cree. Su relación con Adam irá desarrollándose a lo largo de la historia a medida que ambos vayan caminando en la misma dirección. El de Adam es también un personaje muy interesante porque actúa como contrapeso de Jess: le ayuda a ver que no todo tiene porqué ser tan complicado y que tiene que dejar de atormentarse y empezar a vivir su vida.

A medida que la historia avanza, vemos cómo evolucionan los personajes y cómo de desarrolla el curso de los acontecimientos. Es una novela intrigante de principio a fin en la que la acción está muy bien repartida gracias a la distribución secuencial de los acontecimientos. En la vida de Jess, las cosas cada vez se complican más y ella se siente atrapada en una vorágine de la que no puede salir. A pesar de que Jess es el personaje principal y el hilo conductor, todos los personajes que aparecen tienen algo que aportar dentro de la historia y sirven para enriquecerla y ayudarnos a saber más cosas de Jess. La psicología del personaje de Jess es muy atractiva: es un personaje con el que es fácil identificarse y enseguida se le coge afecto, ya que realmente el lector es el único que sabe cómo se siente en todo momento, por estar viviendo la historia desde dentro y acompañar a Jess en cada momento del día. Por así decirlo, el lector lo observa todo como si fuera un personaje más que está presente en cada escena pero que es invisible, de manera que tiene información detallada y fidedigna de todo lo que pasa. Es una butaca en primera fila que permite observar todos los matices.

¿RECOMENDADA?

Sin ningún tipo de duda, SÍ. Si sois amantes del género del suspense, leed esta novela porque os gustará. Es una novela de suspense, un thriller psicológico de esos que enganchan desde las primeras líneas. Joy Fielding sabe describir como nadie cada escena que acontece en el libro con un perfeccionismo y una minuciosidad dignos de admirar. El estilo literario de la autora es excelente y adictivo, ya que sabe mantener el suspense hasta el final. Además de un argumento excelente, Joy crea personajes muy reales, creíbles, con los que los lectores pueden identificarse. Además, narra los hechos de tal forma, que lo sabes absolutamente todo sobre ellos: porqué actúan de tal forma, cuales son los motivos que los llevan a pensar de ese modo, qué sienten al enfrentarse a las situaciones, qué es lo que pasa por sus cabezas en ese momento, qué les ha motivado para estar dónde están… Al final, les acabas cogiendo cariño y parece que los conozcas de toda la vida. Ahí es donde radica el encanto del estilo literario de Joy, hace a los personajes muy cercanos, de manera que podrían ser cualquier conocido, cualquier vecino o incluso tú mismo.

El libro se lee de un tirón. Es de esos libros adictivos que, una vez empiezas, no podrás dejar. Personalmente me recordó a esas películas de suspense que emiten los sábados por la tarde en televisión. Si os gustan las novelas de suspense, ésta os gustará. Y, si no os gustan, dadle una oportunidad igualmente porque merece la pena. Joy Fielding recupera el género de las mujeres en peligro que tienen que hacer frente a una situación profesional complicada al tiempo que luchan para superar sus problemas personales. El tiempo de la historia está enmarcado dentro de la época navideña, así que es ideal para estas fiestas. Si os gusta Mary Higgins Clark (considerada una de las reinas del suspense), es casi seguro que Joy Fielding también os gustará (a mí me gusta más Joy que Mary). Es una autora que siempre borda sus novelas y sólo me ha decepcionado en una ocasión ("La última pieza", novela de Joy totalmente omitible). Si tenéis que hacer algún regalo a alguien que le guste leer este tipo de libros, con éste acertaréis seguro. Yo lo recomiendo al 100% a todos los amantes del suspense.

DATOS EDITORIALES

(Las ediciones que yo tengo son las siguientes):

Título: Secretos peligrosos
Autor: Fielding, Joy
Lengua: publicación: Castellano traducida del Inglés
Editorial: Círculo de Lectores, S.A. , 12/1994
Páginas: 384
ISBN: 978-84-226-5017-1
Título: Tell me no secrets
Autor: Fielding, Joy
Idioma: inglés
Editorial: Avon Books
Páginas: 404
ISBN: 978-0-380-72122-1

Mi mamá me mata, Wendy French


Mis preferencias literarias se mueven entre dos géneros: el "chick lit" y la novela negra. Siempre voy alternando libros de ambos géneros aunque, últimamente, casi todo lo que leo es novela negra porque se me hace difícil encontrar libros "chick lit" que me gusten y porque, entra tanta autora intrusa en el género, están consiguiendo que lo aburra. De vez en cuando doy con alguno que vale la pena y es toda una sorpresa porque, desde hace ya bastante tiempo, por cada uno que resulta ser un buen libro tengo que leer diez que son un auténtico horror. "Mi mamá me mata" es un libro que encontré por casualidad y decidí darle una oportunidad. Ha resultado ser una novela muy aceptable y muy decente teniendo en cuenta la de títulos mediocres del género que abundan en el mercado últimamente.


CHICK LIT / Literatura para chicas

Este género literario se rige por unas pautas muy marcadas y comunes que aparecen en todas sus novelas y que hacen que sea muy fácil encasillarlas. Como resumen esquemático se puede decir que, a grosso modo, el "chick lit" es un género literario que va dedicado a un segmento de mercado muy concreto: las mujeres entres los veinte y los treinta y cuyas novelas están protagonizadas por mujeres con edades comprendidas entre esa franja de edad con peripecias (que servirán como hilo narrativo) basadas en problemas cotidianos y reales con los que las lectoras puedan identificarse pero tratados con mucho humor. Una de las pioneras del género y la que lo dio a conocer fue Helen Fielding con su novela "El diario de Bridget Jones". De hecho, esta novela sirve como punto de referencia a la hora de hablar de muchas otras. Es frecuente leer reseñas, críticas e incluso frases en portadas de novelas que hacen alusión a ese libro para hacer un símil comparativo con algún otro.

El "chick lit" es un género que está bastante denostado y desprestigiado por considerarse literatura menor. Uno de los problemas que creo que ha habido al respecto es que, con el paso del tiempo, hemos asistido a su perversión por culpa de muchas autoras que han dañado este tipo de literatura. Por un lado, tenemos a las autoras que creen que escribir un buen libro de este género es fácil. El mercado está infestado de libros "chick lit" que dan vergüenza ajena y dañan la imagen del resto. Ni mucho menos todo el mundo puede dedicarse a escribir "chick lit" pero, al ser un género que vende, muchas autoras han querido apuntarse al carro pensando que, ya que la receta de estos libros es siempre la misma, sólo hace falta seguir los pasos y ya se tiene un libro. Pues no: no basta con conocer la receta, hay que saber mezclar los ingredientes.

Por otra parte, están las autoras que han pervertido la esencia del "chick lit" y han creado un subgénero al que hacen pasar como tal pero que no es, ni de lejos, lo mismo. Me refiero a las autoras de "chick lit para pijas". ¿Ejemplos? "Las rubias de la quinta avenida", "Sexo en Nueva York", "El diablo viste de Prada" y un largo etcétera. La esencia original del "chick lit" y el motivo por el que gustó tanto, fue porque sus protagonistas eran normales y corrientes, de ir por casa, que cometían errores y metían la pata y seguían adelante sin renunciar a ser ellas mismas. De unos años para aquí, ha aparecido un batallón de escritoras que han decidido poblar sus libros con pijorras que van de fiesta a los locales más "in", tienen trabajos glamorosos, viven en un ático en Nueva York y tienen un novio modelo o por chicas que están en lo más bajo del escalafón social y, transformándose en pijas, triunfan. Si quieren escribir sobre eso, me parece perfecto. Pero que no engañen: eso no es "chick lit" en su esencia original.

SINOPSIS

"Mi mamá me mata" tiene como protagonista a Claire, una chica de 23 años que vive sola en su pequeño apartamento-estudio. Un día, a primera hora de la mañana, su madre se le presenta en casa, maletas en mano, con la intención de quedarse. Claire recibe la visita como un jarro de agua fría ya que la relación entre ella y su madre siempre ha sido de esas 'imposibles' debido a que su progenitora tiene el don de sacar de quicio a su hija con sus constantes críticas y su entrometimiento crónico. Claire tiene que lidiar con la inoportuna presencia de su madre que pronto empieza a volverla loca, con la mala relación de su madre y su hermana Stephanie (divorciada de su primer marido y reconvertida en lesbiana, algo que su madre no acepta de ninguna de las maneras), con el misterio de qué ha pasado con su padre y por qué su madre ha decidido volar desde la otra punta de país para plantarse en casa de Claire, con un trabajo que odia y que no parece que vaya a llevarla a ninguna parte, con una vida amorosa tormentosa y una vida social inexistente. ¿Alguien da más?

GÉNERO

Esta novela es puro "chick lit" porque cumple los principales requisitos que debe tener una novela del género:

* Protagonista entre los 20 y los 30 muy real.
La protagonista de la novela es Claire, una chica de 23 años. Normalmente las protagonistas de estos libros rondan la treintena así que, en este aspecto, "Mi mamá me mata" se diferencia un poco del resto porque su protagonista es más joven. Ello no significa que el libro vaya dirigido exclusivamente al segmento de mercado comprendido por chicas de veintitantos ya que la historia es intemporal; Claire podría tener perfectamente 30 años y ser protagonista de la misma historia. Es una protagonista muy real en el sentido de que el lector rápidamente se identifica con ella porque se nos presenta como un personaje cercano, que se equivoca, comete errores, tiene dudas sobre su vida y hace frente a problemas cotidianos con los que todos nos podemos sentir identificados. Es lo que en inglés llaman la típica "girl next door" (la vecina del quinto, vamos).

* El amor y el trabajo están presentes en la trama.
Otra característica típica de estas novelas y que aquí también se cumple. Normalmente, las protagonistas de estos libros buscan el amor y el trabajo de sus sueños desesperadamente. En el caso del "chick lit" original, las protagonistas tienen trabajos que nos les gustan, que se les antojan pesados y poco prometedores, con la típica compañera de trabajo que las fastidia. En esta novela, Claire trabaja en una empresa que se dedica al marketing telefónico: su trabajo consiste en hacer encuestas por teléfono y se siente frustrada por no poder conseguir nada mejor. La compañera de trabajo que la saca de sus casillas es Carol, un ser insoportable que se cree por encima de lo divino y lo humano. Claire también busca el amor: hace pocos mese que su novio la dejó y ahora tiene la mirada puesta en un compañero de trabajo.

* Grandes dosis de humor
Si por algo se caracterizan estos libros es por contener mucho humor. Las protagonistas hacen frente a los problemas del día a día y tienen meteduras de pata de las que el lector es partícipe y con las que se ríe, porque son cosas que bien podrían pasarle a cualquiera o situaciones en las que todos nos hemos encontrado alguna vez y nos vemos reflejados. En esta novela el humor no falta. Aparece de forma sarcástica, en forma de diálogo interior, en forma de situaciones cómicas, pero está muy presente a lo largo de la novela. En la primera parte abunda más que en la segunda pero aún y así toda la novela tiene una vertiente cómica. Por ejemplo, una escena en la que Claire llama a un cliente para hacerle una encuesta y éste le contesta de muy malos modos es muy divertida.

LA NOVELA EN SÍ

"Mi mamá me mata" es, como ya hemos visto, una novela puramente "chick lit". Cumple todos los requisitos que se esperan de una novela de este tipo y, por lo tanto, debe ser juzgada como tal. Los géneros literarios no son comparables entre si y no hay uno mejor que otro; todo es cuestión de gustos. Ésta es una buena novela dentro de su género. Punto. Considerando que hay cientos de novelas del género y que la mitad de ellas no aportan nada original y son más de lo mismo pero peor (copian de otras y copian mal), ésta sería una de las que se salvarían de la quema en caso de que hubiera que hacer limpieza de novela "chick lit basura".

La historia empieza cuando la madre de Claire se planta en su casa de su hija en plena mañana y sin avisar. La historia está contada en primera persona por la propia Claire y somos partícipes de sus pensamientos, reflexiones, de lo que siente… La llegada de su madre es percibida como una invasión a su tranquilidad e intimidad. Claire se nos presenta como una chica de 23 años que vive sola y es feliz con la libertad de su independencia. Vive en un pequeño estudio, tiene un trabajo que le permite vivir, se pasa los fines de semana en casa con su pijama viendo la tele y, si bien su vida social es un desastre (prácticamente no tiene amigos), por lo menos tiene una vida privada de la que es dueña y un espacio vital para ella misma. Claire es feliz en su independencia porque, por lo menos, sabe que es dueña de su propia vida a pesar de que haya muchos aspectos de la misma que no le gusten.

La llegada de su madre perturba toda esta tranquilidad: nada más poner un pie en su piso empieza a criticar a Claire por la ropa que lleva, por el lugar en el que vive, por la comida, por su trabajo, por su poca vida social, etc. Su madre se nos presenta como una mujer entrometida que no acepta a Claire tal como es. De hecho, a lo largo de libro, vamos conociendo sus sentimientos y cómo está resentida con su madre porque considera que jamás la ha valorado ni la ha tenido en consideración. Nunca han tenido una buena relación y por eso Claire está tan bien en la soledad de su piso, alejada de una madre que somete a escrutinio y a crítica cada aspecto de su vida. El enfoque que se la da a esta trama argumental es muy interesante porque vemos cómo Claire pierde su independencia a raíz de la llegada de una madre entrometida que se cree con derecho a juzgar, criticar y controlar cada aspecto de su vida.

El personaje de la madre es muy gracioso por lo agobiante que resulta para su hija; la novela destila humor por todos lados y los problemas familiares se nos presentan de modo distendido aunque no por ello banal. Hay momentos que invitan a la reflexión, en especial cuando vemos cómo se siente Claire, que define a su madre como una mujer muy difícil para convivir, obsesionada con el orden y, en un momento del libro, se pregunta cómo su padre ha podido aguantar tantos años de matrimonio. Claire tiene una hermana reconvertida a lesbiana, algo que su madre no acepta de ninguna de las maneras y es motivo de conflicto familiar con sus correspondientes escenas caóticas y divertidas. Ella se excusa diciendo que sólo quiere lo mejor para sus hijas pero es la típica persona que pide perfección a los demás cuando ella es la primera que es imperfecta (el giro final que da la historia lo demuestra con creces).

Es una novela que toca varios puntos: la primera parte se centra mucho en la familia y las relaciones personales mientras que la segunda está más focalizada en el trabajo. El lugar de trabajo es caldo de cultivo de muchas historias y proporciona escenas también muy divertidas. Desde jefes insoportables que se creen más listos que nadie por el hecho de serlo, pasando por rumores que hacen daño, linchamiento de la vida privada de otros, envidias, compañeras odiosas, problemas laborales, síndrome "burn out", una Claire quemada con su trabajo que aspira a algo más pero no se atreve a dar el paso para conseguirlo… Todo está tratado con mucho humor y, aunque hay momentos en los que se roza el semi-drama, la novela en ningún momento adquiere tintes de dramón y se mantiene en un plano de humor distendido.

Se lee rápido porque la historia fluye por sí misma y es muy sencilla: no hay grandes giros argumentales, ni subtramas secundarias. Es una historia ligera de principio a fin. El estilo narrativo de su autora (Wendy French) es ágil y cercano al lector. No tiene un estilo literario lleno de florituras ni frases inacabables llenas de figuras: tiene una manera de narrar sencilla y cercana. No es una novela que esté llena de acción ni que tenga un ritmo trepidante. Es una lectura rápida porque la historia es sencilla y simple, pero no es de esas novelas trepidantes que no puedes soltar. Simplemente es una novela que se centra un periodo de tiempo muy corto en al vida de Claire en el que vemos su día a día y los problemas a los que se enfrenta, usando la llegada de su madre como punto de partida. Si bien no es adictiva, sí que entretiene y proporciona un buen rato.

¿RECOMENDADA?

Si os gusta el "chick lit" original, sí. Este libro es una especie de Bridget Jones pero con una protagonista de 23 años. Es una novela correcta que se deja leer, es divertida y proporciona un buen rato de lectura, se lee rápido porque tiene la letra grande y entretiene; con lo cual no se le puede pedir mucho más. Hay en ella muchos tópicos y escenas que ya habréis leído 1000 veces si sois lectores habituales de este género, pero no deslucen el conjunto de la historia. Como punto negativo diría que le falta un poco de acción o de ritmo porque no es una novela que enganche. Eso no quiere decir que sea mala o aburrida, porque no lo es, pero no es un 'page turner'; es una novela interesante por las situaciones que viven sus personajes más que por el hilo argumental en sí.

Otra cosa a destacar es que es una novela muy previsible. Tiene un giro al final que, si bien sorprende, en cierta forma se espera. Pero lo que es el final-final de la novela es previsible y muy de anuncio de navidad (típico del género). Aún y así, la historia está bien desarrollada. Un punto a su favor es que es una novela muy universal. En muchas novelas de este género, el problema que hay es que están muy 'nacionalizadas' (hay costumbres muy típicas de algún país en concreto que hacen que la novela pierda cercanía para los lectores de otro país) y a veces al lector le es difícil identificarse con sus historias. En "Mi mamá me mata" eso no pasa: es una novela muy universal (occidental, eso sí) que bien podría estar ambientada en España porque no tiene ningún 'tic', rasgo o característica específica del país en el que está ambientada.

En referencia al título; si bien la traducción de títulos suele ir bastante por libre en nuestro país (y más con los libros de "chick lit"), en este caso es normal que hayan hecho una traducción libre. El título original del libro es "Smothering": un juego de palabras en el que la autora ha jugado con la palabra MOTHER (mamá en inglés) y el verbo SMOTHER (asfixiar). Es un título realmente certero porque resume a la perfección lo que es el argumento y la esencia global de la historia: una hija que se siente asfixiada por su madre. Traducir el título original de forma literal a nuestro idioma era imposible, así que han buscado otro juego de palabras en español más o menos equivalente al original.

Si buscáis algo de lectura ligera sin muchas pretensiones, os gusta este género y buscáis algo rápido de leer, esta novela es una opción muy válida. No es la novela del siglo y tampoco lo pretende; es una novela "chick lit" sin más pretensiones que la de hacer pasar un buen rato y reflexionar sobre algunos aspectos de las relaciones personales, laborales y familiares. Y lo consigue, así que cumple con su función. Las hay muchísimo mejores, sí. Pero también las hay muchísimo peores.

DATOS EDITORIALES

ISBN (13): 978-84-7647-382-5
Título: Mi mamá me mata
Título original: "Smothering"
Autora: French, Wendy
Publicación: Algaida Editores, S.A.
Año: 2007
Páginas: 352
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 11,54 €
Colección: 30 y tantos